Vuelan hacia China

Esta mañana, a las 6 de la mañana, estaba en el aeropuerto de Barcelona. Salían algunas familias hacia China, les tenía que llevar algunos documentos.
Vuelo Air Francia hacia el Charles De Gaulle. Me volvieron a la mente antiguos recuerdos... Hace 7 años, más o menos en estas fechas, navidades de 1999, directos a Chengdu al encuentro de nuestra primera hija.
Qué emociones...

Bueno valdrá la pena recordar que llegamos al aeropuerto, y nada más poner las maletas en la cinta del mostrador, notamos como empezaban a llamarse entre ellos los operadores, llamadas de teléfono, uno se levanta, confabulan y al final nos dicen: el vuelo ha sido cancelado, en el aeropuerto de París ha caido una gorda esta noche, se ha roto una pasarela y han cerrado el aeropuerto.

Al contar este episodio a las familias que allí estaban, la mirada que me devolvieron era todo un poema de identificación con el desastre... recuerdo que las fotos de las niñas consiguieron conmover al personal y en un momento se dedicaron a buscarnos un vuelo alternativo y lo consiguieron. LLegamos a Pekín sólo un par de horas más tarde... con todo lo que habíamos pasado, la verdad, la llegada a Pekín nos pareció una liberación... cuantos nervios, cuantas peleas....
Algo contamos en la web de Paloma. Quizás un día tenga ganas de contar más detalles. Ha pasado mucho tiempo desde entonces y han cambiado muchísimas cosas.
Entre otras que entonces en todo un año salieron hacia China el mismo número de expedientes que hoy salen en menos de un mes.
Es un cambio notable.

Este fin de semana otras familia han pasado por lo mismo, cancelaciones de vuelos, retrasos, pérdida de aviones.
Viajar es complicado, el colapso de los aeropuertos es evidente a todo el mundo.
Por esto es fundamental tener paciencia, al final todo se arregla, pero qué nervios...

De hecho, a veces, el viaje es una prueba más, que nos será útil, si somos capaces de ver el lado positivo de las cosas. Estamos cansados, nerviosos, parece que todo se pone al revés, incomprensiones, barreras de indiferencia de los que tendrían que echarnos un cable, necesidad de tomar decisiones y una vez elegido un camino no estar todo el rato pensando ah, si hubiera hecho lo contrario...

Con nuestros hijos nos encontraremos a menudo frente a estas situaciones.

Es fundamental ser capaces de mantener la calma.
Fundamental y complicado.
La mayoría de las veces las soluciones son sencillas, están a nuestro alcance, si somos capaces de verlas. Pero no somos capaces de dar ese pequeño paso, nos quedamos parados, nos enfadamos, buscamos culpables, y si los encontramos, este hecho puede que nos conforte por un momento, pero que no resuelve para nada el problema.

Me repito cien veces al día ese palabra: calma, que tantas veces me ha ayudado a encontrar el camino.
Un camino.
A veces, quizás, el mejor camino.

Hay una canción en el último disco de Jorge Drexler 12 segundos de oscuridad que esta mañana he escuchado muchas veces, así dice:

Gira el haz de luz, para que se vea desde alta mar,
yo buscaba el rumbo de regreso sin quererlo encontrar
...
un faro quieto nada sería, guía mientras no deje de girar, no es la luz lo que importa en verdad, son los doces segundos de oscuridad,
para que se vea desde alta mar
de poco le sirve al navegante que no sepa esperar,
pie detrás de pie, no hay otra manera de caminar
...
un faro para sólo de día, guía mientras no deje de girar, no es la luz lo que importa en verdad
son los doce segundos de oscuridad...

muy bonita!
La vida es muy bonita, a veces a pesar de todo

Feliz Navidad

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