skating


Empiezan los Festivales.
Hay dos momentos en el año en el que los papás estamos todos los días, o casi, disfrutando de las insuperables capacidades artísticas de nuestros hijos. Poco antes de las Navidades y en Junio.
En general es así ¿verdad?


Son meses cruciales, en los que la escuela, la música, las acrobacias, el teatro y un largo listado de etcétera creativos se avalanchan sobre nuestros retoños, para hacerlos sufrir de emoción - antes de la actuación - y gozar de alegría - al mirar las caras babeantes y un poco estúpidas (en el sentido bueno de la palabra... si es que tiene uno ;-) de los papis espectadores.

Si por un momento conseguís dar un paso atrás y olvidaros que sois uno más en la misma categoría de aquellos individuos que os rodean, podreis observar el abanico de situaciones familiares y relaciones materno/paterno filiales que existen.
Las babas por supuestos en cantidades industriales, toneladas de material viscoso que lo inunda todo. Por suerte es así.
Pero también hay otras miradas y actitudes. Menos pegajosas, pero no por esto más gratas.

Dan un poco de pena aquellos niños que tienen que sufrir por unos papás como el que tenía a mi lado esta tarde.
Mi hija con una elegancia insuperable, por supuesto!! dando vueltas como un ángel en la pista de hielo, y su mamá, su papá y la hermana pequeña boquiabiertos casi reteniendo la respiración entre pasos cruzados, adelante y atrás y salto y una nueva vuelta oooooohhh, aplausos... y el tío a lado que se reía de su pequeñita mientra ella se esforzaba, con la cara colorada y concentradísima y esa bestia que casi ni la miraba, hasta que soltó un "qué patosa" que me llegó al alma.
¿Será posible?
No sé si es peor eso o la cara de aburrimiento que tenían otros, estampada en la mirada como perdida en el vacío, deseosos de irse quien sabe donde, a lo mejor en la confortable oficina, donde uno puede disfrutar horas y horas al día, sin tener que participar a las proezas de unos pesados mocosos y que al final hasta hay que aplaudir para evitar la bronca de la mujer...
De estos había unos cuantos más por allí...

¿Cómo extrañarse que sea tan díficil conseguir horarios acordes a la conciliación de la vida familiar? si es que hay tanta gente que de la vida familiar no quiere ni oir hablar
Así va el mundo, y después nos échamos las manos a la cabeza cuando aparecen en la prensa las noticias sobre las relaciones fracasadas y desastrosas entre padres e hijos.

Feliz navidad

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