año 2000

Reordenando correos he encontrado este mail que me mandó Carmen de Labra, desde Bruselas, en enero 2000 .

Cómo pasa el tiempo!!!
Os lo copio por que merece la pena.

CIENCIA-ADOPCIÓN

Me llamo X, tengo 25 años y acabo de terminar la carrera. Soy española de origen
chino. Mis padres me adoptaron cuando era muy pequeña. No recuerdo el momento en
que supe que yo era adoptada y que había dos formas de tener hijos: la fabricación en casa y la importación. Lo que sí recuerdo es que cuando tenía unos cinco años, un niño me dijo que yo no era hija de mis padres. Aquello me sentó mal.
Mis padres me dijeron que lo que pasaba es que a ese niño en su casa no le habían explicado lo que era la adopción. Creo que también hablaron con la maestra del cole y ella nos explicó muchas cosas sobre el tema. También explicó que todos somos iguales pero diferentes y que la forma de los ojos o el color de la piel no importan nada. Yo ya sabía muchas de estas cosas y me sentí muy importante, la maestra me dijo que yo podía contarles a los niños cómo era la adopción.

Conté que mis padres querían tener un hijo y que yo quería tener unos padres y que fueron en avión a buscarme y que ellos decían que fueron los momentos más felices de su vida. También les dije que yo no había estado en la barriga de mi mamá, sino en la de otra señora que no pudo hacerse cargo de mí y que pensó que sería mejor para todos (incluida ella misma) que yo tuviera unos padres que estuvieran en condiciones de cuidarme. Creo que quedé muy bien y me gustó sentirme especial. Uno de los niños dijo que a él también le hubiera gustado que sus papas lo hubieran ido a buscar en avión, y lo hubieran deseado tanto y durante tanto tiempo.

Mi familia es muy normal. Nos hemos peleado muchas veces, sobre todo hace unos pocos años. Ahora parece que nos llevamos algo mejor, unas veces me llevo mejor con mi padre y otras mejor con mi madre. Pero hasta hace poco ellos seguían tratándome como a una niña y yo ya no lo era. Sobre todo con mi madre las peleas a veces eran muy fuertes (yo he salido a mi madre en el genio). Una vez mis padres me prohibieron salir hasta tarde, yo había empezado a salir con un chico que a ellos no les gustaba y mis notas no eran muy buenas. En ese momento sentí odio por ellos y les dije: Además, vosotros no sois mis padres y yo no pedí que me adoptárais.... Me arrepentí en el mismo momento en que lo dije, sobre todo porque yo sabía que eso no era verdad, pero quería hacerles daño y conseguir lo que quería. Mis padres ni se inmutaron. Me quedé muy sorprendida y reconozco que un poco avergonzada. Sólo dijeron que como sí que eran mis padres y que a los padres no se les elige, pues que me tenía que aguantar con lo que me había tocado y cumplir las pocas reglas que había en casa. En resumen, que como aquello no coló, tuve que buscar otros sistemas para conseguir tener más independencia.

Alguna vez me han preguntado si tengo curiosidad por conocer a mi madre biológica. Para empezar, lo de biológica me suena raro, los hijos adoptados no somos sintéticos. Además, hijo biológico, suena a acelga cultivada sin insecticidas. Bueno, pues yo dije que yo ya conocía muy bien a mi madre que era la que me había criado. Casi nunca pienso en eso señores que me fabricaron. Yo tengo un padre y una madre como todo el mundo. Mis padres me han explicado que tener un hijo puede ser una grandísima alegría o, por el contrario, venir en muy mal momento. También me explicaron lo de la política del hijo único. Algo de eso debió suceder, el caso es que les agradezco que me dieran la oportunidad de tener una familia que tuviera tantos deseos de tener hijos. Creo que fue una buena solución para todos.

Algunas personas creen que los hijos adoptados sufrimos mucho y nunca acabamos de superar ese abandono inicial. A mí eso tampoco me pasa. Cada uno tiene su historia y veo a mi alrededor personas que no son adoptadas y que han sufrido mucho, yo diría que bastante más que yo. Por ejemplo, los padres de un compañero se divorciaron cuando era bastante pequeño y el padre y la madre se volvieron a casar tuvieron otros hijos y él siempre ha sentido que no pertenecía de verdad a ninguna de las dos familias. Otra amiga tuvo una enfermedad muy larga. Otro más tenía un padre muy violento y que le daba mucho miedo. Y otro más era huérfano de madre. También recuerdo a una niña que siempre estaba sola en casa con una chica porque sus padres eran muy importantes y trabajaban y viajaban todo el tiempo. A lo mejor es que la vida es así, a unos les pasan unas cosas y a otros otras.

Yo no me siento china, soy española. Tampoco me encuentro diferente de los demás. Además, ahora en España, como en el resto de Europa, hay gente de muchos tipos, muchos inmigrantes que ya llevan mucho tiempo aquí y también muchos hijos que fueron adoptados. Por lo visto, cuando yo llegué la cosa no era tan corriente. Mis padres dicen que nos miraban mucho por la calle y que a veces incluso hacían comentarios. Pero aquello pasó, parece que los famosos que salen en las revistas empezaron a adoptar y como salieron en la tele, pues a la gente ya le pareció todo muy bien y muy normal. O sea, que pasó como con el divorcio, primero parecía que era una cosa que sólo hacían los los actores americanos y luego ya empezó a divorciarse la gente corriente.

Es posible que algunos chicos adoptados vivan esto de otra forma.
Pero la verdad es que yo no considero que mi historia sea tan especial. Cuando yo tenía doce años mis padres quisieron volver a China y yo fui con ellos. Me alegré de haber ido aunque en aquel momento yo hubiera preferido quedarme en Madrid con mis
amigas. La verdad es que no sentí que aquello fuera mi país. Me pareció un sitio
muy exótico e interesante y me gustó muchísimo la comida. Mis padres sí que estaban muy emocionados y recordaban muchas cosas. Al parecer, con año y medio yo ya comía con palillos y juntaba las manos para hacer el saludo budista. Ellos disfrutaron una barbaridad y les fastidiaba que yo fuera todo el rato oyendo música con los auriculares. Por lo visto, China ha cambiado mucho. Ya no es un país pobre, sino el competidor directo de Estados Unidos. Ya hay democracia y las personas pueden tener los hijos que quieran. El problema ahora es más bien el contrario, el descenso de la natalidad.
C.

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