cumpleaños, festivales, celebraciones y ...



Empieza a finales de mayo, para ir subiendo en junio hasta el paroxismo, la época de los festivales.
En la escuela hay espectáculos, fiestas, celebraciones de fin de curso, en las actividades extra escolares lo mismo, y además uno acaba teniendo la sensación de que la gran parte de los niños tiene que haber nacido entre mayo y junio, por que en nuestro calendario la concentración de fiestas de cumpleaños en las próximas semanas se dispara.
El otro día lo comentábamos varios papás (la diferencia en nuestro caso es que todo va multiplicado por tres).

Este sábado hemos tenido dos, V. por la mañana/tarde y P. por la tarde
La semana que viene se preven 3 más...
Nos tenemos que dividir con María por que si no es imposible llegar a todos y por supuesto nuestras hijas no perdonan, no quieren perderse ni uno!!

Ellas se lo pasan pipa, es indudable, por lo menos en la fiesta de cumpleanos. En los festivales a lo mejor no tanto. Las tres reaccionan de forma diferente.
No a todas le va la marcha de la exhibición, de los aplausos... o por lo menos no desde el primer momento, por que al final un aplauso le gusta a todo el mundo :-)

Mientras ellas juegan, corren, saltan, hablan y se pelean, los papás cerca o no muy lejos esperándoles, controlando que no pase nada, leyendo, mirando el cielo, socializando con otros papás o pasando de todo (bueno tampoco es eso...)

Cercana a estas actividades festivaleras y cumpleañeras hay el tema del parque.

Para quién goza del don natural de la socialización, para quién le gusta hablar de todo y de nada, llevar los peques al parque puede llegar a ser una actividad interesante. Te juntas con 3 o 4 mamás y papás y disfrutas conversando de lo que salga, y con los niños siempre hay temas de conversación a puñados.
Abro paréntesis: el genero masculino adulto en estos espacios es bastante más reducido que el femenino, una prueba más, aunque falta no hace, que de los pequeños siguen haciendose cargo mucho más las mamás que los papotis.
Confieso que no soy en este aspecto un buen padre, confieso muy sinceramente que el tema parque me aburre soberanamente.
Es un esfuerzo que tengo que hacer por que sé que a ellas les encanta pasar el rato entre toboganes, ruedas, columpios, estructuras, muelles, casitas etc. etc.
Los parques hoy son un alarde de variedad y alta ingeniería (y caca de perro, cigarros, latas y botellas, según que día y horario... cuando no ratas y... bueno se me nota que no le tengo simpatía a estos lugares :-)

Además también me cuesta mucho, es decir que no me sale nada natural, entablar una conversación sin tener un motivo para hacerlo, sólo por que si estás sentado en el mismo banco un saludo cordial no parece suficiente.

Mientras me encanta, por ejemplo, llevarlas al cine, dibujar con ellas, jugar con el ordenador.
Lo ideal sería, no siempre es fácil, que entre papás y mamás se buscara una división justa entre hacer lo que nos gusta y dejar lo que nos disgusta.
Tarea nada fácil, por que con las tres a menudo estamos forzado a buscar una organización interna eficaz, que no siempre responde al gusto de todos.

El éxito de la organización y de lo que se hace, en un porcentaje que no me atrevería a calcular exactamente, pero que es elevado, depende de varios factores:
1) edad de las niñas - con 7 u 8 años normalmente cualquier cosa se proponga recibe un no por principio
2) de la energía o del cansancio de los papis (y del consecuente entusiasmo contagioso o no)
3) de las urgencias por cerrar otras tareas, laborales por ejemplo, que nos empujan a correr y nos impiden relajarnos, que es lo que siempre tendríamos que hacer para hacerlo bien con los pequeños.

Sobre el punto uno estoy escribiendo una entrada que espero acabaré pronto.

Sobre el punto tre os hago un ejemplo. Si voy a buscar a la pequeña al cole y después no tengo urgencias, fuegos que apagar, llamadas que hacer, temas a los que buscar una solución rápida, me cuesta mucho menos vencer la pereza del aburrimiemento del paque.
Pero si algo o más de una de las cosas listadas se presenta esa tarde, buff me cuesta horrores ir al parque, estoy más nervioso y más impaciente.

El hecho de conocer las causas del problema no siempre es suficiente para corregir y mejorar la actitud hacia ese tema específico, pero a veces sí.
Me doy cuenta que podría perfectamente aguantar una hora en el parque sin por eso quedar traumatizado, hasta podría pasarmelo bien, si en lugar de pensar todo el rato al documento que tengo que leer para poder hacer una llamada importante, buscara la sonrisa de mi hija que se lo está pasando pipa con un amiguito en el balancín.

No siempre, pero a veces es nuestra misma actitud que nos estropea momentos que podrían ser muchos mejores.

Tranquilidad y paciencia :-)

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