Salidas de parejita

La verdad que ni María, ni yo somos de salir mucho por la noche. María prefiere leer un rato, irse a la cama pronto y despertarse también pronto.
O dejar que el sueño la atrape, tumbada en el sofá y cuando yo me acuesto, irnos juntos a la cama.
A mi me encanta disfrutar del silencio y de la tranquilidad de la casa por la noche, cuando las niñas ya están dormiditas y puedo aprovechar para dedicarme a la mil y muchas más que mil cosas que ofrece esta puerta abierta al mundo que es internet.
Trabajo por hacer, correo electrónico, música, descubrir lugares hechos de palabras e imágenes, leer, escribir...

Al tener los dos familia que vive lejos, cada vez que deseamos salir tenemos que buscar un canguro. No ha sido nada fácil en estos años encontrar la persona adecuada, que nos gustara, que gustara a las peques y que estuviera a gusto con ellas, además la familia no paraba de crecer :-)) y con tres niñas la cosa se complica.

Es la pescadilla que se muerde la cola, por el hecho de salir poco es más difícil encontrar la misma persona siempre disponible y el cambio de persona no favorece ciertamente que las niñas estén a gusto, por que es fundamental que además del buen roce exista continuidad, de forma que el conocerse ayude la serenidad de todos, la nuestra por la confianza y la de ellas por la costumbre.
A pesar que los niños sean capaces de adaptarse a muchos cambios, es todavía más cierto que gozan de la repetición, de lo visto y de lo conocido, sea en cuanto a lugares que, quizás más, en cuanto a las personas con las que tratan cuando los papás no están con ellas.

En fin, a pesar de que si tuviera que dar un consejo, aconsejaría que es muy sano, para la pareja, no perder la costumbre de cierto ritmo de salidas y seguir haciendo, con todos los cambios evidentes y oportunos, por lo menos algo de lo que se hacía cuando las niñas no estaban, la verdad que este consejo no nos lo aplicamos realmente hasta hace más o menos un año.

Dicho esto también hay que decir que nuestro ritmo de viajes no es muy común, al tener las respectivas familias lejos de Barcelona, las niñas saben mucho de aviones...
Por ejemplo, cuando fuimos a buscar a P. nada más volver de China nos fuimos una semana a casa de los abuelos en Madrid, volvimos a Barcelona y al cabo de ni dos semanas otro viaje de unos diez días a Italia, al cabo de poco ya era semana santa y volvimos a Madrid, y en verano otra vez en Cerdeña con i nonni, por unas semanas de vacaciones, y así seguimos más o menos con esta ruina y rutina desde hace ocho años...
La sensación que tenemos, más bien, no es la de salir poco, si no la de que no paramos nunca, que estamos siempre de la zeca a La Meca.
Eso sí, casi siempre con las niñas a cuesta :-))

Este fin de semana ha sido muy entretenido.
El sábado hemos ido los cinco al parque de atracciones del Tibidabo, propuesta de P. aceptada por algunos sin excesivo entusiasmo, pero la verdad que muy bien.
Como siempre cuando no te esperas demasiado acabas pasándotelo mejor de los que te esperabas.
Por la noche algunos papás de la escuela de las dos mayores organizaban nada menos que un Karaoke (sin niños), con María no habíamos ido nunca a un evento cultural de nivel tan elevado... :-)) así que al final nos apuntamos, por que las risas estaban garantizadas y, efectivamente, volvimos a las tantas con las cuerdas vocales destrozadas de tanto cantar y de tanto reírnos, la verdad que fue todo un éxito!!!

Este domingo, por la mañana tranquilitos en casa, María se ha llevado las dos pequeñas un ratito al parque, después a comer fuera, siesta por la tarde a casa (no todos eh! a la mayor ni le hables de siesta...) y por la noche mamá y papá otra vez de juerga...

Alaaa, menos mal que estos dos salían pco, estarán pensando algunos...
Bueno, ya tendré ocasión para contaros un aburrido fin de semana casero, pero esta vez no, toca otra cosa.

Decía otra vez de juerga, pero no, no se trata de una juerga, y os lo voy a contar por que es una cosa muy bonita que con un grupo de amigos se repite desde hace 13 años un domingo al mes, todos los meses, menos en verano.

Un amigo, cuyo nombre no diré por que no le he pedido permiso, y que se llama Manuel Sánchez :-)) gran amante de la música clásica, poseedor de una colección impresionante de discos y maestro por naturaleza, encantándole compartir conocimientos sobre el tema, hace cosa, como decía, de unos 13 años reunió un grupo de amigos, entre los cuales tuvimos el privilegio de estar incluidos, y les propuso de verse, un domingo al mes, por la tarde noche: él nos daría una clase magistral de historia de la música con escucha de piezas apropiadas y los demás, de forma rotatoria, prepararíamos el piscolabis que seguiría a la sesión musical.

El hecho de que la cosa dure desde hace tantos años es demostración fehaciente del éxito de la propuesta.
Hoy nos habló y escuchamos piezas del Fidelio de Beethoven y del Cazador Furtivo de Weber

y después disfrutamos de un menú excelente: aperitivos chinos, ajoblanco andaluz, coca de morcilla de verano y de trempe, pastel frío de patatas y salmón, solomillo en salsa con arroz de anacardos, tiramisú ... y con todo esto entenderéis que a pesar de volver a casa a las doce pasadas, no podía irme a la cama en plena y fatigosa digestión y aquí me tenéis ;-))

buenas noches y feliz semana!!!

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