Actividades extraescolares

Empezamos a hablar de las actividades de las peques en el nuevo curso escolar... hablar con las peques y entre mami y papi.
Con la mayor ya se puede "contratar"
P. fue una niña que a los 5 añitos nos decía: yo no quiero hacer nada más que aprender a leer y escribir.
Supongo que lo comentó un día que nos escuchó criticar a esos padres que apuntan a sus hijos a miles de actividades y que dejan los niños agotados y rendidos cada tarde, sin un minuto para jugar, o para no hacer nada y dedicar un rato de su existencia a esa actividad muy sana y útil, propedéutica a la reflexión, que es el aburrimiento.
Uno de esos padres criticados nos hubiese podido aplicar ese dicho chino que hace más o menos: siéntate en la orilla del río y espera que pase flotando el cadáver de tu enemigo...

O sea, nunca digas: ese error yo no lo cometeré nunca...

P: el año pasado estaba apuntada a 4 actividades: los lunes patinaje sobre hielo a lo skating, los martes música a la Antartida, los jueves iba a la Traç, actividades plásticas y creativas, y los miércoles expresión corporal al Varium. No quiero dejar de comentar que los viernes, aunque en horario escolar, hacía piscina.

Eso por no querer hacer nada.

Este año hemos decidido dar un corte a este exceso, se mire cómo se mire. A algo tendrá que renunciar. Pero... ¿a qué?

La niña, con sus ocho añitos, ya tiene sus ideas y reivindicaciones.
Y su madre defiende la opción que tiene que ser ella a decidir que quiere hacer.
Correcto.
Pero... ¿estamos seguro que tiene las ideas claras?

Creo también que la actuación de los papás no tendría que ser imponer según nuestros criterios, deseo y conveniencias.
Nuestra labor es la de hablar con ellos, con tranquilidad y paciencia, para sacar lo que realmente desean e intentar después conciliar estos deseos con la oportunidad y con las necesidades de la vida familiar.

Así, después de una charla relajada, admite que lo que realmente desea hacer es una cosa que había descartado poco antes.
¿Por qué la ha descartado?
Por que sabe que este año ya no irá una amiguita del cole (amiguita que tendrá ocasión de ver entre 6 y 7 días a la semana, todos los días por la mañana en la escuela y por la tarde en la placita donde van a jugar antes de volver a casa).

La actividad elegida en principio, en realidad le da una pereza horrorosa (a ella y a los papás ya que para llevarla tenemos que cruzar toda la ciudad a la ida y a la vuelta...) y el año pasado muchas veces fue una batalla convencerla por que, al salir de la escuela, no tenía ningunas ganas de ir.

Tenemos unas semanas delante para rematar los acuerdos.
Y os he comentado una sobre tres :-)