Sólo los ricos adoptan

Esta mañana he publicado en Panel de Noticias un comentario sobre un artículo aparecido en un periódico mexicano.

Copio a bajo tal cual el texto de la nota.

Pero antes cito dos pasajes del artículo que lo dicen casi todo sobre la ignorancia, prevención, cinismo y... mejor me paro, de este señor.

Dice casi al principio del artículo:

"En nuestro país, existen cerca de 11 mil niños candidatos a la adopción, de los cuales 600 se ubican en Chihuahua. Apenas el año pasado se registraron en nuestro estado 213 adopciones, de las cuales 19 fueron internacionales, la mayoría por matrimonios españoles."

A pesar de estos datos escalofriantes y contra toda lógica, el opinionista se permite criticar, en una larga parrafada, la creación en México de una Oficina Central destinada justamente a paliar la lentitud de los procesos burocráticos previo a la adopción.

Lentitud que condena a miles y miles de niños a permanecer encerrados en unas instituciones que el señor Oscar Altamira, dudo haya pisado en su vida.

11.000 niños adoptables y 213 adopciones realizadas: Qué barbaridad!!

Pero el autor del artículo no tiene la más mínima vergüenza y no duda en escribir, al final del artículo, justificando lo injustificable que quién defiende la adopción aplica: " la visión simplista de creer que sólo las familias ricas pueden ofrecer un espacio de bienestar a los menores sin considerar la situación cultural del niño"

¿Conoce este señor a las familias adoptantes? y en especial ¿conoce las familias españolas que han adoptado en su país?

O se basa, en sus juicios, ¿sobre una profunda y provechosa lectura de un montón de revistas del corazón?

A seguir la nota publicada en Panel de noticias:

Una vez más se tergiversan las cosas. En este artículo publicado por El Diario y titulado Adopciones, sin respeto a los derechos del niño se habla de defender el interés superior de los niños, pero se hace rebajando la importancia y las consecuencias, para los niños, de permanecer años y años en una institución.

Hay que defender por encima de todo la legalidad de los trámites, pero este aspecto nunca puede ser utilizado para justificar lentitudes, cuando no absurdas trabas burocráticas. Los niños necesitan y tienen derecho a una familia que les cuide, les quiera y les ofrezca oportunidades y futuro.

Y para ofrecer todo esto no hace falta ser “ricos” cómo se sugiere en la opinión de Oscar Altamiro Piña. La mayoría de las familias adoptantes son familias trabajadoras, de clase media, absolutamente normales.

A veces los comentaristas siguen utilizando falsos tópicos e información distorsionada, no propiamente favorable al superior derecho de los niños.

Las barreras y los muros levantados entre seres humanos, entre comunidades, entre Estados… sólo sirven para hacer este mundo un poco peor.

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