Mundos construidos sobre las ruinas de la inocencia


Morning Tears no afloja en su trabajo.
Se alargan los horizontes.
La ayuda a favor de los niños no tiene fronteras.
Y necesitan del apoyo de todos.

Hay imágenes que nos dicen más de mil palabras y por esto os invito a ver esta secuencia de fotos.

Shaanxi, China, april,2007.

The death sentence of a mother. She killed her husband. She wanted to protect herself or her children from violence of the father. The death sentence of a mother. The children stay behind. The death sentence of a mother. The children are rejected by society. Children of criminals are criminals.

Condena a muerte de una madre. Ha matado a su marido. Ha querido protegerse y a sus hijos de la violencia del padre. Ha sido condenada a muerte. Detrás estaban sus hijos. Ha sido condenada a muerte. Los niños son rechazados por la sociedad. Los hijos de criminales son criminales...

Estas palabras de Koen se leen en la página que reproduce las fotos.
Leed otras palabras de Koen en el último boletín de MT, del que os anticipo unas líneas:

Zhang Cong, de once años pone las sábanas húmedas a secar. Desde que su madre fue arrestada el año pasado en Pekín empezó a orinarse en la cama. A sus nueve años, Eduardo no puede concentrarse en la escuela. Se acuerda con frecuencia del violento arresto de su padre en el norte de Ecuador en una operación antinarcóticos. Cephu, de siete años, perdió por completo el interés en jugar con sus amigos. No ha visto a su madre desde que fue detenida en las afueras de Kinshasa hace cuatro meses. Hay nueve millones de presos en el mundo. La mayoría son padres. Morning Tears no puede encargarse de la atención de todos sus hijos. Proteger los intereses y el bienestar de su pueblo es un deber de todo gobierno. En particular, deberían proteger a los grupos más débiles, entre los que están los hijos de los convictos.

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