Volando a China (Desde China 2)

Empecé a escribir esta entrada desde el asiento 44 D del vuelo KLM 893 directos a Shanghai.
Hemos salido con un ligero retraso desde Amsterdam (el día 15 martes), pero el bicho este parece que va a recuperar el tiempo perdido.
Volamos Jordi, 4 familias que van a buscar a sus peques y un servidor.

En Shanghai nos encontraremos con otras 10 familias y volaremos casi inmediatamente a Nanchang, provincia de Jiangxi, donde llegarán las otras dos familias que han querido añadir unos días de turismo a Pekín.
Ayer recibí un mail, una familia comentaba: "esto es una maravilla"
Tiene toda la razón.

Siempre me emociona ir a China, los viajes a buscar mis hijas son evidentemente algo muy especial y las imágenes que llenan nuestra cajita de recuerdos son únicas e imborrables, por cada viaje.
He viajado algunas veces a China por trabajo, y éste es un viaje que pertenece a dicha categoría, pero al mismo tiempo tiene algo que nunca antes había vivido.
Estaremos con las familias en el momento del primer encuentro con las niñas (y los niños :-) 16 familias, 16 peques que se encontrarán por primera vez con su papás, un montón de mamás y papás, y hermanitas!! que nada más llegar cruzarán sus miradas, sus manos, sus lágrimas y su alegría...
He leído y escuchado muchas historias, a parte mi experiencia personal, pero otra cosa bien distinta es vivir ese momento desde la perspectiva con la que la viviremos esta vez.
Distinta, pero no distante.
Antes bromeaba con una mamá: "si estoy emocionado yo,cómo estaréis vosotros..." me contestó con una sonrisa: "cómo más nos acercamos al momento, más nerviosos nos ponemos"
No es para menos.
En cuanta charlas he avisado a las familias de no hacerse demasiadas ilusiones, de no fantasear demasiado en rosa sobre este primer momento. Pueden pasar muchas cosas.

El caos de llantos, la confusión de buscarse, a veces de no encontrarse a la primera entre tantos niños, adultos, cuidadores, guías... y después, en algunos casos, la necesidad de empezar de inmediato los trámites, las firmas, los papeles, el pago del donativo. Sé que algunos, quizás muchos, no tienen un buen recuerdo de ese primer momento.
La desilusión por una idea demasiado idílica del encuentro llega a influir, a veces, hasta sobre las sensaciones que se viven en los días siguientes. Por eso aviso: puede que sea el momento más emocionante del viaje y puede que no. Puede, al contrario, que prevalezca una sabor agridulce: las familias me comentan que han lamentado no haber podido vivir esos primeros instantes con más calma, sin tanto ajetreo alrededor, sin las prisas del notario o de los representantes del orfanato...
Son cosas que no siempre pueden decidirse con antelación.
Pero es cierto que cuanto más abiertos estemos a las sorpresas, sean positivas, sean negativas, mejor recuerdo nos llevaremos de esos instantes, de esos días... de las dos semanas más importantes de nuestra vida.
Bueno, para mi será muy interesante poder contarlo desde esta perspectiva de espectador muy muy implicado, conocer el antes y el después.
Espero ser capaz de conseguir reflejar, por lo menos un poco,la energía que se desprenderá en aquellos momentos.
Por supuesto ojalá todas las peques estén bien.

Hemos pasado ya un tercio del vuelo, en unas seis horas estaremos en Shanghai

Comentarios

  1. Mi deseo para todas las familias de que tengais un felicisimo viaje de encuentro.

    La verdad es que iva leyendo y se me iva acelerando el corazón solo de pensar que "ya les falta poco". Después de tantas angustias, todo llega. Están a punto de tocar el horizonte con los dedos. Ahora si lo tienen cerca de verdad.

    A mi me emociona solo leerlo ;-)))

    Un fuerte abrazo para todos

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  2. Mis mas sinceras felicitaciones a todos me he emocionado mucho leyendo el post, siempre que alguien vuela a Nanchang y comenta su viaje, recuerdo el nuestro, cuantos recuerdos y todos tan especiales.
    Transmite de mi parte a todos que disfruten del momento.
    Isabel
    http://isabel-miblog.blogspot.com

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  3. Hola Roberto, soy Cris Riveira ¿me recuerdas? La que viajó con Transmes y que tenía el blog.
    Pues yo tambien recibí a mi hija en Nanchang hace 3 meses. Pero quería decirte que estoy de acuerdo contigo en que son momentos muy emotivos y duros a veces. Yo lo pasé muy mal los primeros dias: la niña solo quería estar con mi marido, no reaccionaba con nada, parecía autista, hacía un frio que pelaba y yo no comía del nudo que se me puso en el estómago. Adelgacé muchísimo en ese viaje y lo recordamos los dos con un poco de angustia esos primeros dias. Pero a los 3 o 4 dias la niña empezó a cambiar y a reir, andar solita, jugar, etc..(que conste que a mi no me pudo ver hasta que estuvimos en España...todo el grupo recuerda los gritos y patadas que daba cada vez que pretendía cogerla en brazos). Date cuenta que Uxía tenía 2 años y medio!! y parecía un bebé de meses en cuanto a evolución emocional.
    Todo eso a dia de hoy ha cambiado, es una niña feliz, dinámica, muy lista y me adora..(y a su papi tambien..jejeje), por eso nadie debe desesperarse aunque es fácil decirlo. Paciencia y fé.Cris

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