Tristeza infinita

Tristeza, grande, infinita, dura, como cada corazón que se ha parado en esta inmensa tragedia que nos afecta cómo si a nosotros mismos nos hubiera pasado.

Hablamos con amigos que viven en China y sentimos en su voz y en sus palabras el peso de tantas vidas truncadas, de un río de dolor, la impotencia y la desesperación.

Por suerte China no agoniza bajo los escombros, cómo hemos leído en un pésimo titular de prensa.

China tiene una inmensa capacidad de reacción y está actuando para paliar el sufrimiento, salvar vidas humanas y recuperar la vida, que seguirá en los que han sobrevivido.

Si ésto es cierto, igualmente cierto es, en toda su amplitud, el drama que ha golpeado a tantas familias.

Hay fotos que son capaces de expresar más que mil palabras.

He querido a propósito evitar imágenes de niños, que hemos visto y nos han llenado los ojos de lágrimas y agrietado el corazón.

En este tipo de tragedias hay un riesgo añadido, que al cabo de unas semanas, pasado los titulares, todo se olvide.

Que la solidaridad dure el ingreso en una cuenta abierta a toda prisa por organizaciones y entidades.
No quiero ir en contra de estas acciones, también son necesarias, lo son por que es cierto que el olvido también anda de prisa.

Justamente por esto no olvidar es necesario, es necesario que al ímpetu del momento, no siga el desierto del desinterés, y en eso os puedo asegurar que trabajaremos.

Teníamos programado desde hace varios meses un viaje a Chengdu, para el próximo julio.
Allí estaremos y, mientras, seguiré atento y buscaré información cuanto má directa para ver si se puede hacer algo de realmente efectivo en el futuro. Os mantendré informados.

Los sentimientos son poderosos y vuelan hacia los lugares más lejanos y actúan, por el simple hecho de existir.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nadie es prescindible

Madre, hijo y Eckhart Tolle