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Mostrando entradas de agosto, 2008

un viaje siempre son muchas cosas

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Nuestro viaje a China, verano 2008. Sigo la narración empezada e interrumpida hace unas semanas. Nos planteamos un viaje con muchas expectativas. De pasarnoslo bien, de romper con la rutina, de conocer nuevos lugares, de conocer a las personas, su realidad y en su propio espacio. Deseabamos reforzar los vínculos con un país excepcional. Volver a los lugares conocidos, para descubrir las novedades y recordar todo lo visto. Empaparnos con China y su gente. Aclaremos: viajar para aprender y sumergirse en el espacio privado de sus habitantes es un plan demasiado ambicioso y casi poco realista, con los ritmos viajeros que llevamos en estos tiempos... Cuando se viajaba meses o años, con etapas de semanas y semanas en un mismo lugar, sí que podías esperar de llegar a tocar algo más de la superficie. Pero hoy... A pesar de lo dicho, no todo está perdido, mucho depende de la actitud y de las curiosidades de cada cual. De los encuentros, de la disponibilidad a escuchar y a prestar atención a

A veces necesitas un mapa

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A veces echas a faltar un mapa, que te ayude a cruzar temporadas complicadas de la existencia. Te gustaría saber con antelación cuando acabará ese trozo de camino áspero y duro, incierto... Sabes que pasará y que siempre llega un momento en el que la subida se hace bajada, y podrás permitirte de recuperar aliento. Pero a veces cuesta creer las verdades más obvias. En todos los sentidos. Hay noticias que afectan más de lo que podías imaginar al recibirlas. Hay acontecimientos que asumen el valor emblemático de la certeza... y eso duele. Pero el tiempo es un molino que nunca se para, y aunque la rueda vaya más lenta cuando el río reduce su caudal, pronto llegan las lluvias, el fresco y la alegría. Así que nada. Adelante. Mañana más. Tengo un viaje maravilloso que contar, a pesar de todas las incidencias (bueno de una, una sola). Y cientos de imágenes que me ayudarán a explicaros lo extraordinariamente maravilloso, terrible y bello, emocionante que es el país donde han nacido nuestras h

Adiós Fernando

Me hubiese gustado, esta tarde, volver a empezar a escribir aquí de otros temas. Pero ¿hay algo más importante que mandar un abrazo a la familia de Fernando? La vida es un hilo que se puede romper en cualquier momento. Acabo de leer la noticia... costernación, dolor, tristeza, impotencia... Adiós Fernando Así era Fernando Hernández Pelayo: Una historia interminable... Carta a Mei Ming Noticia Andeni El Periódico Extremadura al día Region Digital

De vuelta

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Hemos llegado a Barcelona, y toda la familia está otra vez junta, después de este viaje lleno de imágenes, de noticias, de lugares, de recuerdos ya, que esperan ser contados. A la vuelta he podido leer al despertarme la buena noticia de que las asignaciones ya han sido emitidas por el Centro Chino de Adopciones. Hemos estado un día más juntos con nuestros amigos Pepe y Michi, y las niñas Rosa y Carmen, saboreando cómo un caramelo, del que poco a poco se quitaba el amargo de la separación, las narraciones que íbamos haciendo a María, las experiencias vividas mientras ella estaba lejos. Mando desde aquí un saludo a Javier y Ling Xiao, compañeros de viaje y preciosa guía que nos ha permitido cruzar tantas provincias con absoluta tranquilidad. Ahora están en Pekín y esperamos poder pronto volver a vernos. Javier ya ha publicado varias fotos en su Mundo Paralelo . En la mesa del despacho, que me reclamaba desde el primer día, una pequeña acumulación de papeles, y en el buzón de correo muc

Una carta muy acertada

Por Santiago Rosales. Barcelona. Publicado en El País 8/8/08 China es injustamente tratada.Parece que Occidente ha olvidado que China está haciendo en una generación lo que la mayoría de los países occidentales han hecho -y aún no han acabado de hacer- en siglos. Cuando Occidente reclama derechos humanos a China parece haber olvidado que, aunque nos consideremos paradigma de la democracia y paladines de los derechos humanos, tan sólo un par de generaciones atrás aceptábamos la esclavitud como normal y, aunque oficialmente abolida, sus secuelas perduran hoy. Occidente parece haber olvidado que no hace mucho, en la Revolución Industrial del Siglo XIX, aceptábamos el trabajo infantil en fábricas y minas, y que hoy seguimos utilizando mano de obra barata, baratísima (e infantil), de países en vías de desarrollo para fabricar productos de consumo en nuestros países desarrollados. El Occidente democrático, civilizado, culto y modélicamente respetuoso con los derechos humanos al que todos or