Así empezó el viaje

A propósito de la gripe A, en China se están tomando las cosas muy en serio, diría con cierta exageración si no fuera politicamente incorrecto...
La situación va cambiando, y la realidad es que no puede conocerse con certeza qué puede pasar de una semana a otra.
Así que quién viaja es esta època de locura gripesca tiene que estar preparado a cualquier ocurrencia, no tanto por la peligrosidad real del virus, cuanto por los excesos de la prensa y la influencia :-)) nunca mejor dicho, de aquellos en los que tienen que tomar decisiones.
Si bien nunca sabremos con exactitud, en esta pescadilla que se muerde la cola, quién empuja más a quién...

Todo el mundo teme de ser víctima de la cuarentena, que desbarajusta planes, retrasa los trámites... supone costes añadidos y una enorme cantidad de nerviosísmo.

Lo único que se podría hacer para evitar el riesgo de cuarentena es NO viajar a China, y ninguna de las familias adoptantes, supongo, quiere tomar esta decisión.

El resto de actuaciones, tipo evitar una ciudad u otra, no tienen ninguna eficacia real.

En la página del MTAS, me dicen, aparece que Shanghai se ha puesto más dura... Pero visto que en Pekín se van incrementando los casos de cuarentena, y de gripe A, nadie nos asegura que no se empiecen a tomar medidas más drásticas y duras allí más que en Shanghai.

No lo digo por asustar a nadie, lo digo por que, simplemente, la única actitud es la de estar tranquilos, esperar que no pase nada, y si pasara actuar en consecuencia, y si tocara alargar la estancia en China, pues qué más remedio...
Esperamos, claro que esperamos que no sea necesario, pero nadie nos puede dar esta seguridad a priori.

Os cuento lo que pasó con el grupo que acompañé hace un par de semanas en el viaje a China.
Viajamos justamente a Shanghai, vía París, con AF, donde llegamos el día 10, junto con otras 12 familias (12 en nuestro vuelo, otras, casi 30, llegaron, siempre a Shanghai, en otros vuelos).

Muchos de nosotros nos tomamos paracetamol, por si a caso, pero cómo ya comentamos en las reuniones que siempre tenemos en Shui para preparar el mejor viaje de nuestra vida, el hecho de que todos nosotros tomáramos las debidas precauciones no garantizaba nada.
Y así fue.
Al engancharse el avión al finger el personal del vuelo, todos muy amables (dos azafatas hablaban castellano) non pidió que quedáramos sentados, a la espera de que a los pocos minutos subieran al avión 5 personas con un mono blanco, que le cubría desde los pies a la cabeza, evidentemente con aparatosa mascarilla y armados con unas pistolas que apuntaban a la frente, donde se iluminaba un puntito rojo, tipo apuntador laser... y al instante aparecía la temperatura (supongo que esa maquinita vale una pasta, por que con los niños pequeños, y alguno mayorcito, la verdad que tanta rapidez en medir la temperatura vendría super bien :-))

Todo iba sobre ruedas, hasta que cuando faltaban 4 filas por controlar se armó un revuelo, los cinco se reunieron alrededor de una fila de asientos, donde un chico occidental, taaachaaan: 38.1 de temperatura.

:-((
Tres personas de nuestro grupo estaban detrás de su fila.
Pero casi todo el grupo estaba entre las 10 filas alrededor de aquella, número que según lo que sabíamos a la ida, se calcularía para establecer quién se encerraba en cuarentena.
Momentos de tensión rozando el pánico.
Las tres personas de nuestro grupo eran una pareja y un papá.
La mujer de éste, su hijo y la suegra estaban en la fila de a lado, pasillo entre medio.
Todo estábamos parados, a la espera de decisiones.
Subió al avión otra persona, probablemente un médico jefe.
Hablaron, volvieron a medirle la temperatura con otro instrumento: 38.2

Al cabo de 10 minutos que nos parecieron eternos, con algunos de los niños acompañante completamente asustados (tanto que dos familias me contaron al día siguiente que por la noche no consiguieron dormir, con pesadilla y terrores nocturnos por los hombres con mono blanco y pistola laser...) al cabo decía de unos infinitos minutos la decisión tomada fue que todos fuera, menos la fila delante y la de detrás a la del chico.

Desalojo del avión en segundos... por si a caso cambiaran de idea...
Pedí permiso para acercarme a nuestras familias, a la mujer "atrapada" les caían unos lagrimones... intenté tranquilizarles y les dije que no se agobiaran, que no teníamos que vendarnos la cabeza antes de tenerla rota, que encendieran los móviles y que nos fueran informando de lo que les iban diciendo.

Bajamos, control de pasaportes y con lupa del papelito donde se tenía que indicar el vuelo, el asiento, el teléfono y dirección de contacto en China (indicar el primer hotel de la estancia) y otras cosas tipo:
¿ha tenido fiebre en los últimos días?
¿Ha estado en contacto con cerdos en el último mes?
¿Ha tenido convulsiones, vómitos, diarreas etc. etc. recientemente?

Entregamos papeles, y vamos a buscar las maletas.
Y cuando ya estábamos listos para salir (ya habíamos visto la guía con el cartel SHUI VIAJES bien levantado) me llega la llamada:
"Estamos saliendooooooo!!!"
Pues sí, todos libres, menos el chico con fiebre que lo enviaron al hospital por análisis.

Después nos enteramos que justo dos días antes las autoridades habían eliminado la cuarentena obligatoria para los viajeros cercanos al posible enfermo!!

Abrazos con los recién liberados y de inmediato sumergirse en los inmensos atascos de Shanghai, hacia el hotel y un merecido descanso antes de empezar a disfrutar de los atractivos de esta ciudad, en estos meses levantada en cada esquina por las obras de preparación a la Expo Universal Shanghai 2010.


Comentarios

  1. hola, Roberto que tal va el veranito pasate por mi blog a recoger una cosita. un abrazo

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