Distancias y cercanía

Ayer mandaba un mensajito en Twitter
"En una pequeña habitación de hotel, frente a un pequeño ordenador, conectado a un mundo que se hace pequeño gracias a Internet"
El mundo se hace pequeño, pero la distancia que no te permite dar un abrazo a tus hijas se hace inmensa.
Hablaba con ellas a través de skype, las podía ver en un recuadrito de esta pantalla, moverse a cámara lenta por la poca Ram de este cacharrito, por otro lado tan cómodo, y me alegraba un montón de las maravillas tecnológicas que hacen más llevadera estas distancias.


Estoy aquí para acompañar a mi padre, en un momento delicado de su salud, y los paralelismos con mis hijas, el presente y el futuro, brotan espontáneos.

Quiero a mi padre, pero qué diferencias de forma de ver las cosas y qué inevitable,  a menudo, tener que luchar contra las consecuencias inmediatas de estas diferencias.
Hasta en las decisiones más sencillas de donde ir a comer :-)
Lo que acerca el cariño aleja la visión del mundo que nos hemos formado en el curso de una vida mucho más abierta a los cambios. Es un tira y afloja constante.
Mis hijas, probablemente, pensarán lo mismo de mi, dentro de unos años. Quizás de forma más radical...

Por esto me repito una y otra vez que no por ser lo diferentes que somos, tengo que enfadarme con él por que no es cómo a mi me gustaría.
En estos días en los que estamos solos los dos, en el que pasamos tantas horas juntos, y además en un momento tan especial y delicado, tengo que aprender, aprender y aplicar lo que voy reflexionando sobre la profesión de ser padre.

Tengo que aprender a ser padre de mi padre.
Tengo que esforzarme a ser para mi padre, el padre que quiero ser por mis hijas.
Por que llega el momento, una edad en la que los papeles se invierten.
Y no es nada fácil.
Es mucho más cómodo el papel del hijo rebelde :-)
Tampoco es fácil para él!
Seguro que es menos fácil esta inversión de papeles por mi padre, que ve el tiempo mucho más corto, las fuerzas que se van, y la debilidad de quién necesita ayuda.
Espero él pueda ser orgulloso de su hijo, cómo yo lo soy de las mías.
Espero que mis hijas sigan siendo orgullosas de su padre, cuando llegue el momento de invertir los papeles, si es que a eso llegaremos.
Son días de distancias y de cercanía, son días de clase de vida.

Comentarios

  1. Lecciones de vida... que necesarias y que hermosas.
    Como siempre, hermosas palabras las tuyas.
    Un abrazo para ambos padres.
    Carmen

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  2. El amor lo puede todo... T O D O, animo y un fuerte abrazo a los dos. Elisenda

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  3. Poco a poco se hace camino, andando.... a ser padres tambien se aprende poco a poco y aprender a ser hijo dura toda la vida. Te deseo lo mejor para tu padre y que no se te haga demasiado largo el tiempo para ver a tus hijas.
    un abrazo
    laura

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