¿donde está mi bebé de China? :-)

¿donde está mi bebé de China?
Entre la risa y la nostalgia nos lo preguntamos, por triplicado, María y yo, y se lo preguntamos, entre sonrisas y  cariñosos reproches, cariñosos es un decir :-)) especialmente a la mayor que ya está en esa fase de tirar la cuerda y tirarla, y tirarla y...

Una lindeza de esta tarde, en la mesa:
"cuando tengas 80 años... bueno si es que llegas, algunos ancianos no llegan...a lo mejor no llegas... jajajajajaja..."

Con su madre nos miramos y nos lanzamos sonrisas congeladas, nos comunicamos con la mirada esa pregunta que hace de título a este post, un poco nos vamos preparando para lo peor que todavía queda por llegar.
Por que ahora hay retornos a esa necesidad de cariño, de besos, de protección y de abrazos, hay retornos en los que te coge por la mano y te va contando cosas, pidiendo tu consejo y ayuda, mirándote con esa confianza de niña que todavía sigue siendo. Estos retornos son frecuentes.

Poco a poco aumentarán las distancias entre reconciliaciones, mientras crecerán los motivos para enfadarse, de esos enfados que es difícil parar y digerir, y hacerlo con equilibrio, que no sea permitirle todo chantaje emocional, pero tampoco alimentar desgarros.
Aguantar y aguantar, ejerciendo de padres y no rendirse a la tentación de conceder todo, para encontrarse después con que eso es todavía peor y consigue, ni más ni menos, el efecto contrario al deseado.

Provocar por el gusto de provocar, desafiar para demostrar quien es ella.

La hermana una vez la sigue y otra no puede, por que no llega a entender hasta ese punto la dinámica de la confrontación, sobre todo cuando la energía destructora acaba atacando también a ella.
Entonces pregunta ¿qué le pasa a Paloma?

Le pasa que es ya un poco adolescente, y lo que quiere es que la odiemos, nos quiere provocar para ver hasta qué punto puede llegar. Quiere probar su fuerza y la nuestra.

¿por eso la has mandado a la habitación?

Sí, por que se había pasado 7 pueblos.

El entrenamiento ha empezado, es una carrera de fondo que acabará dentro de unos cuantos muchos años, si es que llegamos, como bien evoca para exorcizar el miedo mi querida mayorzona.

El tiempo no perdona, el tiempo lo cura todo, el tiempo es un precipicio y un colchón que amortigua las caídas.

:-))

Comentarios

  1. Como dice mi madre, la juventud es una enfermedad que se cura con los años. Yo creo que ante todo mucha paciencia, y de eso los padres adoptantes sabemos mucho.
    Un beso
    María

    ResponderEliminar
  2. Uff la de veces que hemos dicho nosotros ya esa frase, y eso que sólo tiene 6 años!!!!! jaja, pacienciaaaaaaaaaaaaaaa.

    Besotes

    ResponderEliminar
  3. Ay, Roberto, que estamos en las mismas! Aunque nuestra hija mayor, nuestra primera bebé de China, sólo tiene nueve años y medio! A veces ya la echamos de menos, ya es duro ver cómo se va alejando… Luego, de pronto, te pide que la ayudes a peinarse y ves qué pequeña quiere seguir siendo, qué contradicciones enormes siente ella también.
    Sí, no puedes imaginar cuánto nos identificamos con tus palabras!
    Un beso,
    Carmela

    ResponderEliminar
  4. Amigo, creo que tambien estamos pasando por una situación similar. Es cuestión de intentar tener templanza y mano firme, dificil equlibrio :-))
    Todo pasará y vendran otros tiempos con dificultades distintas... que filosofico me ha salido el comentario..
    Me alegro mucho de saber de vosotros.
    Muchos besos
    Baldo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por dejar tus palabras. Los comentarios se agradecen y animan!

Entradas populares de este blog

Nadie es prescindible

Madre, hijo y Eckhart Tolle