Montpellier

Hacía tiempo que no hacíamos un largo viaje en coche.
Por largo entiendo superior a los 150 kilómetros. Para algunos serán nada los 150 kilómetros. Para nosotros son, mejor dicho, eran una enormidad. Más o menos eso representaba el límite de aguante común entre quién escribe, al que siempre menos le gusta conducir, y el resto de la familia, a la que el coche nunca ha gustado demasiado.
Pero como siendo 5 todo lo que se hace se multiplica por la mitad de diez, cuyo resultado es siempre un pastón... decidimos hacer una nueva tentativa automovilística para ir a visitar una querida amiga en la ciudad donde reside y que da título al post.
Sumando el precio de los 5 billetes de tren el ahorro era espectacular, así que en coche.
Pensábamos, María y yo, de pasarlo fatal.
La última vez que nos pasamos de los 300 kilómetros llegamos a Zaragoza agotados, las dos mayores nada más salir del Parking, a pregunta contestada comentaron entre ellas: "bieeen!!! 3 horas para pelearnos!!!" y cumplieron su plan y promesa.
El coche se transformó en un campo de batalla, al principio verbal, pero al rato, aburridas de sólo gritar y decirse de todo, pasaron al uso de la fuerza, lanzamiento de objetos y... bueno mejor no entrar en detalles...

Pero esta vez, increíblemente, no.

Os prometo que no las drogamos, ni las amenazamos (bueno, un poquito sí, pero muy poquito muy poquito...), ni las anestesiamos con el típico DVD cochero, que nunca ha entrado en el coche, por mi soberano disgusto, a causa de la prohibición tajante de mi querida esposa, que dicho sea de paso, cuida mucho del desarrollo intelectual de su prole, pero pasa olímpicamente de la salud mental del chófer...
Esta vez, milagro, se portaron fenomenal y de hecho llegamos a una hora prudente y, gracias a las buenas indicaciones recibidas, y a la mente despejada :-) Ni nos perdimos para encontrar el parquing Polygone que vivamente aconsejamos para dejar el coche 3 días plantado en el subsuelo francés: es lo que más conviene en cuanto a costes y centricidad en la preciosa Montpellier.
Lo que pasa es que las pequeñas se hacen grandes.
Eso no quiere decir que no se peleen, tampoco se trata, para quedar bien de cara a la galería lectora, de merecerme el apodo de mentiroso.
Se pelean, claro que se pelean... pero de otra forma, menos ruidosa, digamos. Y a veces, claro fruto de madurez (qué tontería acabo de escribir :-)) consiguen hasta jugar juntas largo rato.
Eso tiene la familia numerosa (y me imagino que la de tamaño medio también) nunca sabes como se desarrollarán los acontecimientos.
No hay previsión que valga.
Compras 3 barras de pan y nadie lo toca, compras una y desaparece en un plis plas.

Montpellier, muy bonita. La verdad que nos gustó mucho.
La adolescente, al cabo de unos pocos "vaya mierda de plan, vaya mierda de sitio" dejó de decirlo, clara señal de que la localidad le encantó.

Paseamos, hicimos muchas fotos, nos tomamos trenecitos panorámicos, nos comimos muchas crêpes , y hasta tuve tiempo, el domingo por la mañana de visitar yo solito el Museo Fabre.
Uno de los momentos estelares fue el concierto de Julién Doré, con Puggy.
Me animé, a pesar de la hora y de que estaban ya empezando a bostezar, a llevarme las tres y dejar a María tranquilamente de charla con su amiga.
Las niñas no habían estado nunca a un concierto de este tipo, y la experiencia fue muy bonita. Valió la pena. La gran Plaza de Europa, el palco lleno de luces, el volumen de la música, la gente, mucha, mucha gente. Toda una experiencia para ellas.
Decía Chun: "qué bonito, cuanta gente!! Alaaa..." y venga a aplaudir y a bailar.
Y Violeta "...y además es gratis!!" No daba crédito, claro, considerando que los conciertos que ella propone reciben siempre un no, por ser de los famosos que te pegan las 3 cifras en euro... esto le pareció una maravilla.

En fin que nos lo pasamos pipa.
Lo cierto es que conocer, ver, escuchar, descubrir, saborear, sorprenderse y dejarse llevar, en una palabra: viajar, es precioso y delicioso.

A ver si encuentro un momento y publico algunas fotos de esos días. Una imagen vale más de 1000 palabras ¿no?

Buen fin de semana a todos!



Comentarios

  1. Roberto a nosotros nos pasa justo lo contrario,nos encanta ir en coche a donde sea y las chiquillas yo no sé si porque desde siempre lo hemos hecho,pero estan muy acostumbradas y se apuntan enseguida.........no tenemos dvd en el coche.....pero les encanta hacer fotos y eso para los que viaja pues es un aliciente.
    Al año de casarnos nos fuimos por nuestra cuenta en coches cargados hasta los topes de camping a la aventura a Sant-Tropé y Paris....me trae buenos recuerdos porque cuando a las ocho de la tarde le dabamos la vuelta a la tortilla de patatas en el hornillo de gas pequeño ,los transeuntes del camping se iban a dormir y al pasar por allí se quedaban mirando....ja,ja,ja....se acostaban a la hora de las gallinas...Como Jose se dedica justamente al transporte lo tengo controlado,ja.ja,ja....
    Mª Carmen,Jose,Mei y Carla Xiangrou

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  2. Pues nosotros nos hacemos una vez al mes (más o menos) 350 km. Y el DVD, Calliou y Dora la Exploradora son los primeros pasajeros que entran en el coche..... jejejeje que si se quedan en casa a la niña no hay quien la aguante las 3 horas de viaje.
    Esta "escapada" mensual nos quita bastante de viajar a otros lugares, uno hace pereza.
    En coche hicimos nuestro viaje de novios; nos fuimos a Francia. Fue un viaje precioso. Subimos desde Bordeaux toda la región del Medoc, cruzamos el Garona en su desembocadura y recorrimos la región de Cognac. Estuvimos alojados en un Chateau, precioso y muy barato. Un viaje en coche precioso.

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  3. Me encanta tu manera de contar los viajes............

    Besitos
    Marian

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