Cuando te equivocas...

No busques culpables. Admite tu error o tus errores y busca la forma, el camino, la estrategia o los conocimientos para no repetirlos.
La teoría siempre es fácil, pero aplicarla es otro cantar.
Hay que ser humilde. Volver atrás y repetir, una y otra vez el camino para intentar descubrir donde te has equivocado.
Es muy frecuente que las personas echemos balones fuera. Por que la frustración inmediata escuece y necesitamos un remedio rápido para quitarnos el dolor.
Somos, a menudo, muy inmediatos...
Pero es mucho más satisfactorio el placer de haber entendido y aplicado el remedio que será duradero, aunque a costa de aguantar un rato el escozor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nadie es prescindible

El dragón que devora el sol