Descanso


Se observan, aunque el foco de la mirada de ambos alcance otros puntos. Más lejanos los del viejo pastor mongol.
Quizás hacia un recuerdo que vislumbra entre las patas de su caballo. Quizás hacia el rebaño que se mueve al oeste.
Mirada próxima para el animal blanco marcado. Levanta la pata posterior izquierda  para descansar, Pero de reojo y con cierta tensión, observa las manos de su dueño enrolladas en la cuerda.
¿Qué haría si la soltara?
Una foto que refleja tranquilidad. El descanso después de un día duro. O de pura y aburrida rutina.

De repente el caballo dio un brinco, al pastor se le escapó la cuerda: un mal gesto, se hace daño y grita, se le atraganta el humo del cigarro. Insulta al animal que corre. Corre dejando una nube de polvo empujada por el viento, que agitaba hace un momento su cola.

Las circunstancias pueden cambiar con rapidez imprevista.
Casi nada depende sólo de nuestra voluntad y, menos, de nuestros deseos.
Hay que adaptarse, luchar por ellos. Nada nos sale gratis en este bendito valle de heladoras alegrías.

Hay momentos en los que necesitamos un descanso, como agua el sediento.


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