La perversión en el caso Piedad

Supongo que todos los que os acercáis a Adoplandia conocéis el caso de la niña "Piedad" un caso emblemático de hasta donde puede llegar la Injusticia cuando se administra la "justicia" sin criterio, ni sentido común, sin inteligencia, sin una visión cuerda de los reales derechos del niño, pensando solo en el biologismo, la sangre, el considerar como una propiedad privada de sus padres biológicos a los hijos.

Hoy leo este artículo en El DIA

La Fiscalía calla tras las denuncias de "perversión" en el "caso Piedad"

y no puedo evitar de pensar a alguna afirmaciones leídas recientemente en los que se aplican los mismo criterios, planteamientos y reflexiones que aplicó la juez del caso "Piedad":

es más importante la sangre, la sangre no se olvida, nunca.
No se le puede dar ni permiso a los niños adoptados para que vivan con felicidad y serenidad, disfrutando de su existencia, dando peso y valor a lo que consideren lo tenga, en lugar de seguir lo que otros le han dicho, hasta que ellos quieran y decidan lo contrario.

La cuestión es siempre la misma.
Defender una postura rígida o la totalmente opuesta es un error, es equivocado siempre.
Hay que ver caso por caso. Depende de...

La identidad de las personas es un proceso largo y permanentemente inacabado.
Y es el fruto de muchas influencias.
Nuestro deber de padres es ejercer de padres, sin adjetivos.
Al mismo tiempo, como el adjetivo adoptantes existe, transmitir a nuestros hijos que lo que realmente importa, lo que realmente vale es el amor que sentimos hacia ellos, que son nuestros hijos por encima de todo.
Todo lo demás es menos importante. No superfluo, pero menos importante.
Y bien haremos en dejar esto muy muy claro en la formación e información que damos a los futuros padres adoptantes.
Por que esa duda que puede plantear el valor de la sangre, tiene otra faceta: la responsabilidad de la sangre, por encima de la responsabilidad de ser padres.

La responsabilidad de quién se ocupa de la formación e información de los padres adoptantes es dar el peso correcto a los elementos que actuarán con gran influencia en el crecimiento de los hijos.
De aprender a no actuar a destiempo, de tener grande cuidado en aplicar las dosis de los principios activos aconsejables caso por caso.
Cuando llegue el momento, no antes.

No puedo evitar de sentir una profunda preocupación en observar como en tantas ocasiones el foco de la atención analítica parece haber olvidado unos principios que son básico en el desarrollo de nuestros hijos.
El amor incondicional del día a día es mucho, mucho más importante, valioso, necesario que las raíces o la sangre.
Dejado claro esto, podremos y por supuesto debemos hablar, reflexionar, discutir etc. de todo lo demás.



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