Un guión imposible

Los seres humanos tenemos la necesidad imperiosa de tener las cosas claras.
Vivimos las dudas como una amenaza a nuestra integridad, por eso se dice que la duda mata, y si dura mucho no es que nos mate antes, peor!! nos hace sufrir por más tiempo, en una especie de interminable tortura.
Somos capaces de sobreponernos a las mayores desgracias y por esto somos fuertes, pero necesitamos con frecuencia engañarnos creyendo que hay un orden en el fluir de la existencia, y buscando con ahínco este orden demostramos el lado más débil de nuestro ser.

Nadie gusta del látigo de la incertidumbre, así que multiplicamos los trucos para evitarlo.
Nos buscamos las escapatorias más estrambóticas para tenerlo un poquito más claro, para encontrar una postura más cómoda, para articular un esquema gráfico o mental, para poder encajar nuestras profundas reflexiones con una simple afirmación, o con una corriente de pensamiento.

En mi caótica y feliz demora viven tres niñas adoptadas en China, nuestras hijas.
Cada día, aunque muchas menos horas de las que me gustaría, se representa delante de mis ojos una película autobiográfica, en la que los 5 somos protagonistas, junto a un sinfín de otros actores, representando los papeles más variados.
Como en la vida misma :-)

Mis hijas tienen, cada una, personalidad propia y son únicas sin ser en absoluto unas privilegiadas en dicha condición.

Siendo tres resulta bastante evidente la observación: cada una es muy diferente de sus hermanas. En muchos aspectos, pero sobre todo en su carácter, en su forma de ser, de ver el mundo, de relacionarse con los demás, de valorar el peso de los que les pasa, les ha pasado y les pasará.

Hace tiempo que he dejado de imaginarme un guión posible para esta película.
Cada vez que intento prever el desarrollo de la escena siguiente me doy cuenta que la trama ha tomado otro derrotero. Las dudas no se solucionan de antemano, son inevitables.

A menudo me siento en la butaca que creo más lejana para intentar observar desde lejos: disfruto y sufro. Nunca me aburro :-) y de repente me doy cuenta, con gusto, que esa butaca en realidad está dentro del escenario.

Nuestra vida no tiene un guión, por mucho que nos empeñemos a escribirlo, por mucho que algunos iluminados digan que sí lo tiene.
Hay que aprender a vivir con la incertidumbre, resulta entonces sorprendente como uno se olvida de que está sufriendo.

Comentarios

  1. Como mamá en espera de asignación, agradezco enormemente tus reflexiones, aunque siempre imaginé algo así,..., que todo lo que tu imagines se va redibujando día a día, como ya hoy por hoy,..., quien me iba a decir a mi que iban a pasar 4 años esperando una asignación..., y aquí estamos.CARPE DIEM.
    A pesar de lo díficil que es esta espera, o ha sido en algunos momentos..., creo hemos crecido a unos niveles de comprensión,que nunca hubíesemos alcanzado sin vivir esto,...,y como tú dices, viviendo en la incertidumbre, aceptándola podemos rozar la felicidad.
    Gracias mil, por compartir estas tus experiencias, es muy bueno ver las vida en pieles ajenas.
    Felisa

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  2. Gracias. Disfruto leyéndote, sobre todo cuando te pones "filosófico". Me encanta. Sigue escribiéndonos tus reflexiones.
    Un abrazo muy fuerte, Alba

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  3. Con la llagada de mi hija tod parecía cumplirse según mis deseos, todo fue más que perfecto...4 años más tarde con la llegada mi hijo, él llegado por PV con una patología añadida a la que no aparecía en los informes, comenzé a no planificar porque de nada sirve. La vida te sabe sorprender y te derriba todas tus construcciones mentales de futuro...Para nosotros fue un palo grande...pero aprendimos a que hay que vivir el momento y planificar con pocos segundos vista...lo justo y no más...
    Apesar de las incertidumbres...que vivimos durante unos meses...ahora SOMOS MUY FELICES...arreglando el problema de mi hijo...Una mamá de dos chinorris, lo mejor que le ha pasado en su vida...
    YO, gracias por tus sabios comentarios...en los que solemos coincidir bastante...

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