Viajar

Nos ha gustado siempre muchísimo viajar, por supuesto antes de tener las peques, pero también después.


Y escribo el pero por que sé que muchas personas, con la llegada de los hijos o de un hijo, pierden el entusiasmo para los viajes.



El hecho de que fueran pequeñas (o muy pequeñas) nos ha hecho cambiar ciertas cosas, adoptar los ritmos oportunos, pero no por eso renunciar a los viajes.
Santiago de Compostela - Chun a los pocos meses de su llegada
Es evidente que con 3 peques no puedes tirarte todo el día por Museos, ni someterle a la tortura diaria de restaurantes donde no pueden ni moverse. 

Dicho esto, también hay que decir que con cierta técnica, paciencia, educación y medida no es necesario renunciar a casi nada, siempre, repito, con sentido común y medida.

No hay duda que el incremento de la prole ha supuesto un reflejo inmediato en la cantidad de los costes, y eso es lo que ha empezado a frenar nuestros infinitos deseos de conocer el mundo :-)


Mucho más ahora - un ahora que dura demasiado y que nos tiene ya a todos muy jartísimos con la inaguantable palabra que empieza con c, sigue con r y con i y no acaba hasta volver al silbido de una sssss repelente...

Pero hubo un tiempo en el que esa cosa no había empezado a deteriorarlo todo y pudimos visitar con las pequeñas algunos lugares muy bonitos.



Recuerdos y experiencias que son parte de los que son ahora la niñas (y sus papás). De su mente abierta, de su alegría, de su sentirse parte de un lugar que es más mucho más grande del diminuto espacio que está frente a la punta de su nariz, o rodea su ombligo. 

De sentirse también más seguras, por tener referencias amplias de las diferencias que enriquecen el mundo. Todo lo que han visto y vuelven a ver a través de las fotos, vídeos y que redescubren diciendo "yo allí he estado!!" a través de internet, los libros, la tele.


En estos tiempos tengo que explicar a mis hijas que el hecho de tener una agencia de viaje no significa que viajar no cueste, me miran con una expresión ligeramente decepcionada: ¿no podemos volver a China? ¿No podemos ir a Nueva York? ¿cuando vamos a Londres?

Duele, un poquito duele... no hay duda. 

Piazza San Pietro, finales de 2005
Como mucho sabéis hasta volvimos todos a China en el mágico y tremendo 2008.


Rio Li, Guangxi, China agosto 2008

Esperemos pronto de que las cosas se pongan bien y podamos volver a cruzar, con la frecuencia que nos gustaría, este Planeta tan lleno de lugares y gentes maravillosas.


Comentarios

  1. Por supuesto. Se puede viajar con niños. Y yo creo que conocer nuevos lugares, nuevas culturas, etc., abre nuestras mentes sobremanera.
    Felicidades por tu blog.
    Y ¡¡¡felicidades!!! por tu linda familia.

    http://seremamaenetiopia.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por dejar tus palabras. Los comentarios se agradecen y animan!

Entradas populares de este blog

Nadie es prescindible

El dragón que devora el sol