Viajar

Nos ha gustado siempre muchísimo viajar, por supuesto antes de tener las peques, pero también después. Y escribo el pero por que sé que muchas personas, con la llegada de los hijos o de un hijo, pierden el entusiasmo para los viajes. El hecho de que fueran pequeñas (o muy pequeñas) nos ha hecho cambiar ciertas cosas, adoptar los ritmos oportunos, pero no por eso renunciar a los viajes. Santiago de Compostela - Chun a los pocos meses de su llegada Es evidente que con 3 peques no puedes tirarte todo el día por Museos, ni someterle a la tortura diaria de restaurantes donde no pueden ni moverse. Dicho esto, también hay que decir que con cierta técnica, paciencia, educación y medida no es necesario renunciar a casi nada, siempre, repito, con sentido común y medida. No hay duda que el incremento de la prole ha supuesto un reflejo inmediato en la cantidad de los costes, y eso es lo que ha empezado a frenar nuestros infinitos deseos de conocer el mund...