educar es un trabajo duro
Educar es un duro trabajo. Queremos tanto a nuestros hijos, que cada bronca por merecida que sea es, al mismo tiempo, un castigo, una herida para nosotros. No queremos equivocarnos. Hace en el fondo pocos años, aunque parezcan miles, los padres no estaban tan atentos a sus gestos y acciones. La educación era física. Los niños crecían, lejos de atenciones especiales y estudios pedagógicos. Se hacían todo tipo de marranadas. ¿Será por esto que el mundo ha sido y es así? Como todo lo que hace el hombre, parte de ello es bueno y parte es malo. O malísimo. Muchas veces ambas cosas al mismo tiempo. Allí reside parte de la dificultad. Han perdido el respeto... dicen algunos. Nos hemos transformados en unos padres blandos. Hay de todo. La verdad que hay de todo y más. El ser humano necesita de normas y generalizaciones, frente a las infinitas variables y contradicciones tambalea, por eso buscamos alguien que nos diga lo que es mejor hacer. Una comodità irreal. Nadie ...