Nunca penséis que un tema está cerrado para siempre. No confiéis que por que para vosotros las cosas son claras y así las habéis explicado siempre, transmitiéndolas de una determinada manera, empapando cada conversación con lo correcto y justo, hasta en los gestos, y en el mismo día a día de la vida... no, no penséis que vuestros hijos y las personas que os rodean, aunque os quieran, las tienen tan claras como vosotros las tenéis. Las reflexiones que han precedido nuestras ideas claras, no son las mismas reflexiones que los demás han tenido. En nuestra mente de papás adoptantes concienciados y estudiaos todo aparece limpio, luminoso, potente. En los pensamientos, en las preguntas que se ponen los demás, las cosas, las palabras, el concepto general y la visión de los hechos, pueden ser - en realidad siempre son - diferentes. Al mismo tiempo no es bueno, ni útil dramatizar. Un día nos sorprendemos por un comentario de nuestros hijos que, pensamos, no viene a cuenta. Pare...