Disfrutar de la vida, que es corta, siempre demasiado corta.
Disfrutar de la vida, que es corta, siempre demasiado corta. Y ser responsables. Ofrecer a las peques un ejemplo positivo. Trabajar duramente cruzando aguas tormentosas, agitadas, para garantizarles, por lo menos intentarlo, un futuro sereno. Al mismo tiempo luchar contra una vocecita que te empuja a dudar, con frecuencia, de si merece la pena todo este sentido de la responsabilidad chupado desde la infancia, ese sentido del deber que te empuja a hacer las cosas de una determinada manera para llegar a merecerte un lugar adecuado en el mundo. ¿es cierto que hay que ser buenos y honestos para conseguir un resultado meritorio? Nada más abrir un periódico las noticias te asaltan y es imposible no plantearse mil y una duda sobre esta visión de la vida tan recta, tan católica, tan rabiosamente sumisa y aburrida. La más reciente entre las noticias: ¿Puede un pirómano ser nombrado jefe de bomberos? Por lo visto sí. El mundo está patas arriba. ¿Lo está ahora? O es que lo ha sido sie...