Obesidad contenutistica
Algunos ponen el grito al cielo chorreando indignación, cuando se habla de los atletas que se dopan para ganar una medalla.
Hay un fondo de hipocresía y cinismo en mucha parte de esa indignación.
A mi lo que me indigna es que se dopen a los niños, para que se amolden a un sistema escolar que es una pura competición, una carrera en los que hay que llegar primeros y donde los que van a su ritmo son considerados enfermos que medicar.
No se castiga el sistema por ser como una apisonadora, que pretende que desde los 3 años los niños estén haciendo fichas o aprendiendo a leer.
Se castiga al niño que tiene otro ritmo, otra forma de crecer, o que por muchas razones y causas no es capaz de quedarse quieto y atento, calladito y sumiso.
La verdadera carga patológica la tiene el bárbaro sistema escolar actual.
¿Cuantos de esos niños diagnosticados como defectuosos serían felices y perfectos en un lugar donde pudieran correr, saltar, jugar y aprender de otra forma?
Donde el premio se diera al más feliz, y no al mejor pollo para el engorde.
Le ponen en la boca un embudo por el que se le obliga a tragar cantidades hipercaloricas de contenidos y más contenidos.
Hay que denunciar el peligro de la obesidad contenutistica, alabar el aprendizaje diferenciado y personalizado, que es como una sana comida variada, rica en actividad física e juego, condimentada con emociones y sonrisas.
Hay un fondo de hipocresía y cinismo en mucha parte de esa indignación.
A mi lo que me indigna es que se dopen a los niños, para que se amolden a un sistema escolar que es una pura competición, una carrera en los que hay que llegar primeros y donde los que van a su ritmo son considerados enfermos que medicar.
No se castiga el sistema por ser como una apisonadora, que pretende que desde los 3 años los niños estén haciendo fichas o aprendiendo a leer.
Se castiga al niño que tiene otro ritmo, otra forma de crecer, o que por muchas razones y causas no es capaz de quedarse quieto y atento, calladito y sumiso.
La verdadera carga patológica la tiene el bárbaro sistema escolar actual.
¿Cuantos de esos niños diagnosticados como defectuosos serían felices y perfectos en un lugar donde pudieran correr, saltar, jugar y aprender de otra forma?
Donde el premio se diera al más feliz, y no al mejor pollo para el engorde.
Le ponen en la boca un embudo por el que se le obliga a tragar cantidades hipercaloricas de contenidos y más contenidos.
Hay que denunciar el peligro de la obesidad contenutistica, alabar el aprendizaje diferenciado y personalizado, que es como una sana comida variada, rica en actividad física e juego, condimentada con emociones y sonrisas.
Roberto estoy totalmente de acuerdo contigo, como la mayor parte de las veces que te leo. Soy madre de dos niñas de origen chino y la mayor que tiene 11 años y presenta dificultades de aprendizaje, acaba de irse a la cama rendida.Empezamos a hacer deberes a las 17:00, digo empezamos porque necesita mi ayuda contiua y acaba de terminar , son las 23:30. Yo me pregunto si esta tarde mi hija habrá aprendido algo o sólo habremos cubierto un trámtie para que mañana no le pongan un negativo por no hacer los deberes. Sinceramente, creo que hubiese aprendido más y hubiese sido más feliz si hubiese podido jugar un poquito y relacionarse con otros niños , cosa que es imposible hacer con esta losa que pesa sobre nosotros de los deberes.Pero ¿como combatir este estupido sistema educativo?
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