Santa Margherita di Pula


Para subir esta foto he tardado más de un cuarto de hora... lo que os decía: en este lugar lo que no hay es una buena conexión a internet, pero el lugar... en fin, habla por si sólo.

Además en este verano, donde hasta conseguimos dormir, todo parece más bonito.

Recuerdo algún agosto tan caluroso que sólo estando en remojo podías sobrevivir... no había forma de pegar ojo.

Este año, no y la verdad da gusto.
Las vacaciones sin dormir por la calor o con aire acondicionado a 5 metros de la playa no son lo que más apetece... por lo menos a quién escribe.

Cerdeña es una tierra mágica, llena de cosas para descubrir y disfrutar.
Ahora, le falta mucho, mucho para librarse de cierto provincianismo y de una atávica incapacidad para sacar provecho de sus bellezas.

Por un lado se notan extraordinarias mejorías, por el otro los efectos colaterales del choque entre una mentalidad y una sociedad poco dada al desarrollo empresarial y los empujes, siempre más fuertes a medirse con el mundo y la modernidad.

Y por supuesto en agosto los fallos y debilidades se notan todavía más. Cómo en muchos otros lugares en temporada alta, por supuesto. Ojalá el sistema de vacaciones permitiera evitar las aglomeraciones humanas...

Cuando uno está en su casa ya es otra cosa.

El otro día fuimos al mercado di San Benedetto, en Cagliari, donde hay un mercado del pescado que es una verdadera maravilla y las niñas disfrutando en cada puesto, entre los gritos de los pescaderos para atraer la clientela, con expresiones y gestos que serían para hacer una película.

Las niñas se notan, por aquí hay poquísimos niños adoptados.
Y un descaro en la mirada, el comentario, las preguntas...
La gente no se corta un pelo a la hora de dar una caricia, tocarlas, decir lo guapa que son.
Paciencia y una sonrisa.

Frente a ellas una señora que nos despacha en una tienda pregunta en voz baja "¿son adoptadas?"
Y yo en le contesto bien alto y claro: Sí, son adoptadas
"Ah, qué bonito, que generosos..."

el instinto me diría de contestarle que no, que los agraciados por la generosidad somos nosotros... pero me paro, sería darle ocasión para seguir y, a lo peor, hasta soltar alguna gorda, entonces respondo con una simple sonrisa y le pregunto el precio de las muñecas...

Por cierto, tenía un títere de Pinocho muy bonito y muy barato, y eso ayuda a perdonar :-)))

hasta la próxima,
y GRACIAS a todos los que me habéis felicitado mi vejez :-)))

Comentarios

  1. "Que envidia me dais Roberto en vuestro viaje.."Disfrutad y pasarlo bien...
    Besos a tus niñas.

    ResponderEliminar
  2. Como te comprendo!
    Es dificil para un padre adoptivo esplicar que no somos nosotros a ser generosos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por dejar tus palabras. Los comentarios se agradecen y animan!

Entradas populares de este blog

Nadie es prescindible

El dragón que devora el sol