A propósito de Vietnam

Empiezan las primeras noticias de adopciones en Vietnam desde España.
Algo más concreto empieza a moverse, después del tiempo, siempre demasiado largo, que la burocracia se toma para mover sus pasos.

Ha sido un prólogo cargado de polémicas y malas noticias. Los medios, cómo siempre, buscan sangre y carnaza y se han hecho eco casi sólo de las irregularidades, que las habrá, y quizás muchas, pero la forma de estas denuncias no me ha gustado nada.

Generalizar, cuando es por acusar de algo, es siempre un error, acaban pagando inocentes por pecadores y el espíritu más profundamente justo de la ley asume que mejor un presunto culpable fuera, que un inocente dentro.
Ojalá fuera así. No lo es, sabemos que algunos apoyan la pena de muerte.

Quién tiene cierta repercusión en la Sociedad tendría que tener más cuidado a la hora de difundir un clima de sospecha, que no se merecen ni los niños adoptados en el recordado País, ni en ningún otro, ni las familias que con tanta e honestísima ilusión han emprendido ese camino.

Algunos no lo harán con mala fe, pero el resultado es lo mismo.
NO resolver nada y crear mucha angustia, innecesaria e injusta.

Si aplicáramos el mismo sistema: ya que se han dado algunos casos malos, ensuciamos con la sospecha de fraude y la duda permanente a todo el colectivo, en el mundo hecho por seres humanos, NO se salvaría nadie, ni nada.
Tampoco algunas ONG, ni la Onu, ni Unicef, ni nadie, ya que todos, en algún momento de su historia, han sufrido y sufrirán cierto desprestigio por culpa de las malas prácticas de unos de sus miembros.

Hay que ser más atentos.
No por ser buenas las intenciones, tienen necesariamente los efectos esperados, si no se aplican con precaución, criterio y mucho respecto.
Es difícil encontrar los verdaderos culpables, pero hay que buscarlos, y condenar sólo a ellos.

Comentarios

  1. Rob, lo de Vietnam, en el que el mismo gobierno reconoce que hasta que no cambien el sistema no pueden evitar los trapicheos de los orfanatos, no se trata de "mala imagen". Se trata de evitar que un país siga dando niños en adopción aún sabiendo que no puede controlar quiénes son esos niños ni que en algunos casos (bastantes, por lo que se ve yendo a la hemeroteca) se roben niños y bebés para satisfacer la demanda de hijos.

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  2. Es muy difícil resumir un tema tan sensible.
    Aquí van algunos comentarios

    Las hemerotecas ofrecen tan pocas garantías de fiabilidad e imparcialidad que no pueden ser consideradas un elemento de prueba.

    Desgraciadamente he tenido ocasión de comprobar una y otra vez que la tergiversación de la realidad es la práctica común de muchos medios.
    Repito: las irregularidades: las habrá, y quizás muchas, pero la forma de ciertas denuncias no me ha gustado, ni me gusta.

    No puedo que discrepar, con todo el peso de la tristeza por vivir en un mundo a menudo tan injusto, con la práctica de "cerrar países" por sospechas o por casos, aunque no sean pocos, de irregularidades.
    Se tiene que actuar, pero no cerrando el candado. Por que quién gana dinero traficando con niños, seguirá haciéndolo traficando con otra cosa, si no puede con los niños, pero mientras los niños que realmente necesitan una familia seguirán estando detrás de una reja cerrada con candado por los que se llenan la boca de bonitas intenciones...

    Y por lo dicho, no puedo justificar una medida con un efecto colateral tan terrible.
    Por el riesgo de que una adopción sea irregular, cancelemos o paralicemos todas las adopciones.
    Lo siento, no estoy de acuerdo.
    El sistema tiene que ser otro, y si no se conoce hay que buscarlo.

    Estoy totalmente en contra de la idea de que los niños están siempre preferiblemente mejor "en su entorno", sin que se valore la realidad del entorno en el que viven. Por mucho que lo diga quien lo dice.
    Soy conciente de hay que acatar la ley, por muchas lagunas que tenga, por que sin ley el hombre volvería a la jungla, pero es indudable una triste faceta de la ley.
    La ley puede ser justa, pero puede aplicarse mal.
    Y los inocentes acaban siendo los condenados.
    A veces, las leyes no son justas, y por eso se cambian.
    A veces se hacen leyes para defender privilegios injustos.
    Etc. Etc.

    Anhelo un mundo sin barreras, ni muros, donde todos podamos vivir sin que nadie se sienta, ni tenga el derecho de echar a nadie.
    Ni de obligar a nadie a volver a su país por no perder privilegios de los que goza.
    Privilegios y lujos que tiene gracias al saqueo constante de un mundo que no tendría que ser de nadie, es decir que tendría que ser de todos.

    La culpa de que este mundo esté como está, depende de muchos factores, también de quién levanta otro tipo de muros, aunque sin darse cuenta.

    Si observamos con atención las razones que se utilizan para justificar que los niños (y los adultos) están siempre mejor en su entorno de origen, descubriremos que no son exentas de la defensa de ciertos valores, cómo el de la sangre, que aborrezco (y que dicen aborrecer también aquellos, pero que en el fondo están actuando en contra de lo que proclaman).
    La afirmación de que siempre mejor en su entorno, está plagada de cinismo, o como mínimo de falta de valentía.
    Desgraciadamente, hoy, aquí en este mundo, tal como está ahora, un momento de dolor puede ser la puerta de la felicidad. Cómo nos demuestra, todos los días, la misma realidad.
    Este mundo está mal hecho. Pero no lo mejoran ciertas decisiones.

    Mis hijas están felices con sus papás adoptivos, y sus papás están muy, muy felices con ellas. En un circulo bidireccional de amor, que supera en razones y valor a toda otra consideración.
    El supuesto dolor de una evidente ruptura con su lugar de origen pierde valor real, al demostrarse cierta la primera parte del enunciado.

    Hay miles de niños nacidos en Vietnam que son hoy felices con sus familias adoptivas de muchos países del mundo.
    Y visto que es absolutamente cierto que hay muchos niños en Vietnam desamparados y adoptables, según las normas reconocidas, me alegraré cada vez que tenga noticia de una nueva adopción en Vietnam.

    Me alegraré también cuando pillen a un traficante de niños y le condenen a lo que la ley impone. Insistiré en los lugares oportunos para que se de lucha sin cuartel a los traficantes de niños.
    NUNCA me alegraré cuando un solo niño que podría estar con una familia y feliz, esté obligado a permanecer en un centro, en un orfanato o parecidos, por que se ha decidido "cerrar un país" por las irregularidades de las que esos niños serán doblemente víctimas.

    Cerrar un país y condenar a tantos niños adoptables a no poder ser adoptados, es igual de injusto y absurdo que meter en prisión preventiva a todos los vecinos de un barrio por que allí residía un vecino, o dos o tres, que cometieron un delito.

    Roberto Pili

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  3. Construyamos una adopción legal y transparente en Vietnam, exigiendo a ambos Gobiernos, a las Ecai, orfantos y padres, toda la tansparencia para en un futuro no muy lejano poder decirles a nuestros hijos que son legales y no victimas de secuestro o robo.

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  4. uno, dos, probando

    veo que se ha borrado misteriosamente mi comentario de ayer, ¡con lo que me costo escribirlo! ¿podeis comprobar si anda por ahi atascado?

    bbcn

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  5. Hola bbcn:
    lamento mucho que se haya perdido tu comentario.
    Al no tener los comentarios moderados no intervengo en nada en su publicación, que es automática.
    Te ruego que repitas el esfuerzo, y vuelvas a escribir el texto.
    Me ha pasado a mi también un par de veces, para evitar que se pierda el trabajo, suelo escribir antes en el bloc de notas y después con un copia y pega lo publico en el blog.
    Te animo a volver a escribir el comentario

    un saludo
    Roberto Pili

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