El encuentro (desde China 4)

Nanchang. Y no propiamente por que la mayoría ha conseguido dormir una media hora.
Se perciben, casi se tocan las sensaciones.
Algunos hablan, otros ríen, respiran hondo, algunos totalmente ensimismados ya
creen estar en la planta tercera del Gloria Plaza, donde nos han avisado están las niñas.
Esperando.
Yolanda en nuestro autobús va dando los últimos avisos: las niñas están acostumbradas a estar muy cubiertas, no les quitéis inmediatamente la ropita, aunque parezca haga calor.
Están acostumbradas así.
No pretendáis cambiar todo desde el primer momento.
Tengo la impresión que menos de la mitad de las personas la están realmente escuchando.
Se sobreponen otras imágenes. Los repetidores no por serlo están más tranquilos, quizás disimulan mejor.
Bajamos del autobús y nos juntamos todos frente a los ascensores.
Primer grupo, arriba.
Segundo ascensor, arriba.

Las cuidadoras están alrededor de unas mesas redondas grandes, y las sillas están cubiertas con una tela dorada, parece un cuento de hadas, es mágico...
Hay un momento en que todos están cómo paralizados, un instante larguísimo en el que nadie se mueve, los papás observan, buscan, rastrean con la mirada cada silla
¿es ella?
No, no
Sí!! Mira allí es ella...
¿Donde, donde está?

Somos casi 60 personas en un espacio reducido, pero nadie quiere moverse a pesar de las invitaciones repetidas para pasar en la sala contigua, más grande, y poder así empezar a llamar a las familias una por una.
La temperatura sube, algunas niñas empiezan a llorar.
También empiezan a llenarse los abrazos, algunos papás tienen los ojos lúcidos, se mueven con las niñas en los brazos, recogen los papeles, y poco a poco la sala se vacía, mientras las familias salen hacia sus habitaciones.
Ha durado media hora, la entrega ha sido bastante rápida.
Un concentrado de sentimientos absolutamente y terriblemente conmovedor.
Son todas distintas las miradas de los papás... y de las niñas.
No hay una igual, en ese instante las centellas nos envuelven y hay momentos en que desaparece el ruido, la confusión, los sollozos.
Cada familia en una burbuja, protegida de todas las demás burbujas.
Un segundo, dos, no más dura esa magia, después la realidad vuelve a imponerse, mientras algunos quieren irse inmediatamente a la habitación, otros dudan, para aprovechar un poco más de esa especial protección que da compartir con otros compañeros la misma experiencia y más cuando es tan fuerte.
Niñas que siguen durmiendo.

Niñas silenciosas con lagrimones que bajan despacito en su mejilla.
Niñas que ríen, sí, alegres, animadas.
Niñas que parecen ni inmutarse, otras que intentan escapar de los brazos de
los desconocidos que las han cogido y echan los brazos a las cuidadoras, algunas hasta repiten su nombre.
Faltan tres niñas.
Hay un momento de incertidumbre.
La entrega ha ido repitiéndose, una, dos, tres... hasta 13, pero faltan tres niñas.
Pánico.
No, llegan, llegan!!!
Entran tres cuidadoras con las pequeñas en sus brazos.

Es un momento muy especial, por que además la sala se ha vaciado.
Solo quedan las tres parejas, los guías y los mirones, entre los cuales quien escribe, que en ese momento no para de grabar, todo, casi todo.
Y, casi de repente, ya no hay nadie.
El silencio es repentino e irreal.
El hotel parece vibrar, emocionado.
Ha sido absolutamente y terriblemente maravilloso.
Cómo si una ola enorme se hubiese llevado con cariño y fuerza 16 historias
de espera, dolor, duda, y por fin felicidad.
Se queda un campo vacío en el que la tierra todavía huele a pelo de niñas, comida china, sudor, papel y tinta, esperanza y sal de lágrimas y de alegría.
Una cima conquistada, bajando antes de volver a empezar, volver a subir.
Quiero acabar con una frase que me regaló una mamá, con mucha, mucha razón.
"Qué trabajo más agradecido tienes Roberto!!"
Me siento un hombre feliz, son las 4 de la mañana me caigo de sueño, pero con todas mis limitaciones, no quiero rendirme, quiero acabar estas palabras inciertas y llenas de errores, por que es precioso, encima, poder compartir con todos vosotros esta experiencia sin iguales.
Un abrazo, hoy desde Shanghai.
Uf, Roberto, que momento. Que envidia. Felicitaciones a todos.
ResponderEliminarIsabel
http://isabel-miblog.blogspot.com
GRACIAS ROBERTO POR COMPARTIR ESTE GRANDIOSO MOMENTO !!!
ResponderEliminarManuela
Hola, hola
ResponderEliminarSimplemente un MUCHAS GRACIAS Roberto por hacernos partícipes de este mágico momento.
Nuestras más sinceras felicitaciones
Y.... comparto plenamente lo que te dijo esa mami: Es una gran suerte que te ha regalado la vida, tener este trabajo tan agradecido.
Un fuerte abrazo
Una vez más, me has emocionado con tus palabras. Ojalá llegue pronto nuestro momento.
ResponderEliminarUn abrazo,
Pili
Muchísimas gracias, como siempre, por compartirlo con nosotros... ¡es casi como si estuviéramos allí!
ResponderEliminarTe he dejado un premio en mi blog. Creo que lo mereces con creces.
Un abrazo y feliz viaje
Muchísimas gracias Roberto por hacernos vivir este momento como si estuvieramos allí.
ResponderEliminarFelicidades a los nuevos papás, mamás y hermanitos!!
Roberto, qué te puedo decir que tu no sepas? pues que muchas gracias.
ResponderEliminarImpresionante diario.
Muchas gracias, de corazón.
Juani
Roberto, gracias por hacermos revivir estos momentos, tal como lo cuentas parece que volvamos a estar allí...
ResponderEliminarDale recuerdos a Lili, que la veo en una foto y fue nuestra guía en enero de 2005.
Besos
Chus
PD. es un honor encontrar mi pequeño blog enlazado en el tuyo
MUCHAS GRACIAS POR ESTE RELATO,SOMOS UN MATRIMONIO DE JAEN QUE ESTAMOS INMERSOS EN ESTO DE LA ADOPLANDIA CON FECHA 8 DE FEBRERO DEL 2007 (YA VA QUEDANDO MENOS),PARA MI SERIA UN HONOR QUE NOS ENLAZARAIS EN VUESTRO BLOG,HEMOS HECHO UNOS PINITOS Y NOS HEMOS AVENTURADO A CREARNOS UN BLOG DEDICADO A......ES EVIDENTE GRACIAS POR TODO.http://enbuscadeuntesorooriental.blogspot.com
ResponderEliminarSencillamente maravilloso...
ResponderEliminarNosotros también estuvimos en Nanchang, en el Gloria, en junio del 2002 cuando fuimos a buscar a Emma. Sabemos muy bien de qué hablas cuando describes el encuentro, pero es muy bonito leerlo y volver a vivir ese instante mágico.
Ahora seguimos esperando, somos marzianos 2006, a nuestr@ segund@ hij@. Viajaremos con Transmes y ojalá, ojalá, tuviéramos la suerte de que pudieras acompañarnos también cuando llegue el momento.
Un beso, y mil gracias por este relato en tu blog.
Carmela, Carles y Emma
Quins records que m'has fet reviure !!!! gràcies Roberto, no deixis de ser com ets. Gràcies !!
ResponderEliminar¡HOLA!
ResponderEliminarAyer me emocioné leyendo tu relato. Esperamos ansiosamente que llegue nuestro encuentro¡Qué momento más especial y mágico!. Muchas gracias por trasladarnos a todos-as a esa sala de un hotel en China: es como si hubieramos estado mirando por un agujerito.
Saludos.
M. Lourdes.