Al aeropuerto
Hacía mucho tiempo que no iba al aeropuerto a recibir a las familias, las familias felices, las familias cansadas, señores con los ojos rojos por el cambio de hora, por las muchas horas sin dormir, y la emoción, el deseo y la melancolía de la vuelta a casa, de las ganas de normalidad y de los primeros síntomas de nostalgia, ya justamente eso... y por ese maravilloso país. Hacía tiempo que no veía tantos niños juntos con esa carita y esa piel de recién llegados, ya distinta a la del primer día, seca y especial, pero ya más sana y fresca... Niños y niñas, con la cabecita que no aguanta por el sueño, el cansancio, la confusión, y una nueva sorpresa, cada paso, mientras los papás intentan consolar el llanto, se justifican y explican los motivos a todo el que quiera escucharle... cómo si fuera necesario explicar algo... Y los besos, las pancartas, las lágrimas de los abuelos y los gritos y los saltos de los sobrinitos. Las cámaras de fotos y el ruido que huele a alegría, que tiene color de...