Espectáculo lamentable
El periódico La Vanguardia, publica hoy un artículo en los que se refieren los datos de las bajadas de las adopciones en Cataluña.
El título es elocuente:
"Las adopciones internacionales de familias catalanas se reducen a la mitad" >>>
No quiero hablar aquí de este dato, si no de los comentarios que los lectores vierten al final del artículo. Los periódicos digitales se han transformado en una pizarra pública, al alcance de cualquiera tenga ganas y tiempo de darle al teclado.
Barra libre.
Nos lamentamos de que los periodistas y los periódicos a menudo ofrecen actuaciones lamentables, pero quiero aquí subrayar cómo el espectáculo ofrecido por algunos lectores no tiene desperdicio y es mucho peor.
Simplemente lamentable.
Algunos intervienen para intentar dar un sentido a los comentarios, pero inmediatamente se ven sumergidos por un avalancha de barbaridades anónimas.
La culpa la tenemos todos.
Pero no quiero agruparme al montón de los que, con facilonería, culpan a internet de todos los males de este mundo y del otro.
Son los riesgos de la libertad y merece la pena sufrirlos.
Este medio permite a mucha gente cuerda, seria, interesante e inteligente hacer llegar sus reflexiones hasta el más alejado rincón del mundo.
Si no fuera por internet nos lo perderíamos.
Para gozar de este extraordinario acercamiento de distancias, pagamos la multa de tener que ver cómo consiguen espacio gratis también unos cuantos descerebrados.
Al final, haciendo cuentas, merece la pena el riesgo y el peligro.
Si lo pensamos un poquitín nos recordaremos que hace no muchos años, otros descerebrados, más poderosos, conseguían todo el espacio que querían en los medios, pero entonces nadie tenía el poder de ofrecer otra versión y que esta llegara potencialmente a millones de potenciales lectores, hoy eso se puede.
Aunque esas ideas tengan que pelear con la pereza de muchos lectores que han agotado sus energías hasta para pasar de la primera página de resultados de Google.
El título es elocuente:
"Las adopciones internacionales de familias catalanas se reducen a la mitad" >>>
No quiero hablar aquí de este dato, si no de los comentarios que los lectores vierten al final del artículo. Los periódicos digitales se han transformado en una pizarra pública, al alcance de cualquiera tenga ganas y tiempo de darle al teclado.
Barra libre.
Nos lamentamos de que los periodistas y los periódicos a menudo ofrecen actuaciones lamentables, pero quiero aquí subrayar cómo el espectáculo ofrecido por algunos lectores no tiene desperdicio y es mucho peor.
Simplemente lamentable.
Algunos intervienen para intentar dar un sentido a los comentarios, pero inmediatamente se ven sumergidos por un avalancha de barbaridades anónimas.
La culpa la tenemos todos.
Pero no quiero agruparme al montón de los que, con facilonería, culpan a internet de todos los males de este mundo y del otro.
Son los riesgos de la libertad y merece la pena sufrirlos.
Este medio permite a mucha gente cuerda, seria, interesante e inteligente hacer llegar sus reflexiones hasta el más alejado rincón del mundo.
Si no fuera por internet nos lo perderíamos.
Para gozar de este extraordinario acercamiento de distancias, pagamos la multa de tener que ver cómo consiguen espacio gratis también unos cuantos descerebrados.
Al final, haciendo cuentas, merece la pena el riesgo y el peligro.
Si lo pensamos un poquitín nos recordaremos que hace no muchos años, otros descerebrados, más poderosos, conseguían todo el espacio que querían en los medios, pero entonces nadie tenía el poder de ofrecer otra versión y que esta llegara potencialmente a millones de potenciales lectores, hoy eso se puede.
Aunque esas ideas tengan que pelear con la pereza de muchos lectores que han agotado sus energías hasta para pasar de la primera página de resultados de Google.
Gracias Roberto por el enlace a la noticia de La Vanguardia.
ResponderEliminarLamentablemente ya empìezo a acostumbrarme a estos comentarios en foros de diarios y siempre dejo el mío aunque la verdad es que queda ahí perdido entre muchos; algunos muy sensatos y razonables y otros completamente desproporcionados cuando no ofensivos.
Saludos