Autoestima y caracter (parte 1)
Es evidente que estos dos elementos son fundamentales a la hora de cruzar la vida, superar las dificultades, ganar batallas, aceptar derrotas, y volver a comenzar.
El carácter y la forma de ser de cada uno es muy importante y es algo que se tiene, innato, en parte o en buena parte, independientemente de las circunstancia de la vida.
Pero nada en nuestra vida viene por si sólo, ni tiene valor absoluto, quedando fuera o lejos de la influencia de cuanto y de los que nos rodean.
Las experiencias de la vida, de la que somos responsables, pero nunca los únicos responsables, pueden compararse al regar una hipotética planta con la que aquí nos identificaremos: regar una planta es fundamental, pero podemos acabar matándola por exceso de prudencia (escasez de riego) o ahogándola por exceso de protección, de agua.
Hay plantas que se mueren a los dos días de maltrato y hay otras que aguantan, aguantan, aguantan y que si tienen la suerte de que el jardinero asesino desaparece, hasta llegan a volver a enseñar su gracia, las hojas relucientes, vuelven a florecer.
La naturaleza nos ofrece miles de ejemplos que nos ayudan a entender.
Pero es evidente que no somos plantas, o eso por lo menos suponemos.
De vez en cuando me encuentro con escritos sobre la adopción en los que se dramatizan de forma desmedida y se magnifican en exceso los problemas, los riesgos, la debilidad e incapacidad de los protagonista de la historia de hacer frente a su vida. Con frecuencia últimamente.
Se observan con una lupa enorme todas y cada una de las supuestas señales que podrían suponer una alarma de desastre... todo lo demás se olvida o se le quita valor.
Se acaba ofreciendo una misera y triste imagen de nuestras familias, y se traslada esta triste descripción a cada uno de sus miembros. El color negro, gris y marrón son los únicos utilizados para llenar estos cuadros.
Cuando tengo un problema que me provoca angustia, de nada me sirven los que me deprimen insistiendo una y otra vez sobre la gravedad del problema.
Yo ya me he dado cuenta que es un problema, por que me hace sufrir.
Si no me hiciese sufrir no sería un problema.
...hemos quedado en que sí me hace sufrir.
Así que, mejor, sigo en ese planteamiento.
Si el tema x o y o z no me hace sufrir no es, en este momento, un problema.
Pero llega el enterado y me ataca: oye, tu están tan contento y sereno, pero ¿has pensado en que podría pasarte esto, eso y / o el otro?
Gracias, estaba bien y me has j... el día...
Pero llega el día en el que realmente estoy mal.
Entonces aparece el tío de antes y empieza: jo' haces mala cara, se te ve agotado... sabes un amigo mio tenía un aspecto parecido al tuyo y la ha palmado... y no te lo pierdas, se fue al médico y se equivocó de diagnostico, le dio un tratamiento que en lugar de salvarle fue el golpe de gracia...
Gracias, estaba mal y me has matado...
En el día a día con mis hijas, intento siempre evitar actitudes derrotistas.
Ellas pueden, y si no pueden en ese momento no pasa nada, podrán mañana o pasado. Nunca hay que rendirse a la primera, ni a la segunda siquiera!!!
Hay que dar ánimo, transmitir la confianza que tenemos (en ellas) y si no la tenemos, cosa de por si muy grave, por lo menos a callarse, respirar hondo y actuar cómo si estuviéramos seguros, al 100 por cien, que ellas sí pueden: Y tanto que pueden!!
Antes o después también reflexionar qué es realmente importante, qué es básico para ser felices.
Hay temas que no tienen importancia real alguna.
Confiar en uno mismo.
No hay nada más duro que convivir cada día, dentro de los mismos zapatos, compartiendo la misma mirada, escuchando los mismos sonidos con un alguien del que no confiamos.
Tu puedes.
Éste es el mensaje.
El carácter y la forma de ser de cada uno es muy importante y es algo que se tiene, innato, en parte o en buena parte, independientemente de las circunstancia de la vida.
Pero nada en nuestra vida viene por si sólo, ni tiene valor absoluto, quedando fuera o lejos de la influencia de cuanto y de los que nos rodean.
Las experiencias de la vida, de la que somos responsables, pero nunca los únicos responsables, pueden compararse al regar una hipotética planta con la que aquí nos identificaremos: regar una planta es fundamental, pero podemos acabar matándola por exceso de prudencia (escasez de riego) o ahogándola por exceso de protección, de agua.
Hay plantas que se mueren a los dos días de maltrato y hay otras que aguantan, aguantan, aguantan y que si tienen la suerte de que el jardinero asesino desaparece, hasta llegan a volver a enseñar su gracia, las hojas relucientes, vuelven a florecer.
La naturaleza nos ofrece miles de ejemplos que nos ayudan a entender.
Pero es evidente que no somos plantas, o eso por lo menos suponemos.
De vez en cuando me encuentro con escritos sobre la adopción en los que se dramatizan de forma desmedida y se magnifican en exceso los problemas, los riesgos, la debilidad e incapacidad de los protagonista de la historia de hacer frente a su vida. Con frecuencia últimamente.
Se observan con una lupa enorme todas y cada una de las supuestas señales que podrían suponer una alarma de desastre... todo lo demás se olvida o se le quita valor.
Se acaba ofreciendo una misera y triste imagen de nuestras familias, y se traslada esta triste descripción a cada uno de sus miembros. El color negro, gris y marrón son los únicos utilizados para llenar estos cuadros.
Cuando tengo un problema que me provoca angustia, de nada me sirven los que me deprimen insistiendo una y otra vez sobre la gravedad del problema.
Yo ya me he dado cuenta que es un problema, por que me hace sufrir.
Si no me hiciese sufrir no sería un problema.
...hemos quedado en que sí me hace sufrir.
Así que, mejor, sigo en ese planteamiento.
Si el tema x o y o z no me hace sufrir no es, en este momento, un problema.
Pero llega el enterado y me ataca: oye, tu están tan contento y sereno, pero ¿has pensado en que podría pasarte esto, eso y / o el otro?
Gracias, estaba bien y me has j... el día...
Pero llega el día en el que realmente estoy mal.
Entonces aparece el tío de antes y empieza: jo' haces mala cara, se te ve agotado... sabes un amigo mio tenía un aspecto parecido al tuyo y la ha palmado... y no te lo pierdas, se fue al médico y se equivocó de diagnostico, le dio un tratamiento que en lugar de salvarle fue el golpe de gracia...
Gracias, estaba mal y me has matado...
En el día a día con mis hijas, intento siempre evitar actitudes derrotistas.
Ellas pueden, y si no pueden en ese momento no pasa nada, podrán mañana o pasado. Nunca hay que rendirse a la primera, ni a la segunda siquiera!!!
Hay que dar ánimo, transmitir la confianza que tenemos (en ellas) y si no la tenemos, cosa de por si muy grave, por lo menos a callarse, respirar hondo y actuar cómo si estuviéramos seguros, al 100 por cien, que ellas sí pueden: Y tanto que pueden!!
Antes o después también reflexionar qué es realmente importante, qué es básico para ser felices.
Hay temas que no tienen importancia real alguna.
Confiar en uno mismo.
No hay nada más duro que convivir cada día, dentro de los mismos zapatos, compartiendo la misma mirada, escuchando los mismos sonidos con un alguien del que no confiamos.
Tu puedes.
Éste es el mensaje.
Estoy de acuerdo contigo. Creo que es muy importante tener autoestima para enfrentarte a la vida, todos los niños y niñas, pero los uestros más porqué tienen ese "plus" de ser adoptados, Es importante hacerles ver que "ser adoptado" no tiene porque ser negativo ( aunque con las noticias que ultimamente circulan ya es bien dificil). Las personas en nuestro paseo por la vida a veces nos encontramos problemas, las adoptadas también, pero esto no quiere decir que no podamos superarlos. En casa siempre decimos que a los problemas hay que buscarles inmediatamente soluciones y no regodearte en ellos. Así es que Adelante, tu puedes hacerlo!!! ese es el lema, ese es el reto, ese es el mensaje positivo.
ResponderEliminar"De los problemas hay que ocuparse, no preocuparse". Me molestan las actitudes negativas por sistemas, las posturas derrotistas y sobre todo cuando son los demá quienes por c... imponen estas actitudes. No se trata de ser ingenuos,ni tampoco de ser dulzones optimistas, los problemas existen, pero estoy convencida que en muchas ocasiones nosotros los hacemos mayores.
ResponderEliminarMe atrevo a recomendaros un libro que leí hace unos diez años que se titula "OPTIMISMO INTELIGENTE", de María Dolores Avia y Carmelo Vázquez, publicado por Alianza Editorial.
ResponderEliminarEstá muy en la línea de lo que has expuesto en este "post".
Saludos
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarA raíz del consejo de José Luis me he dado un paseo por la web y sin duda mañana mismo buscaré el libro de Carmelo Vázquez y M. Dolores Avia: no lo conocía, te agradezco el consejo!!
Será una lectura apasionante.
En una de las críticas a este libro que acabo de leer, se dice acertadamente que una de las características del optimismo inteligente es una buena dosis de realismo.
No se trata de esconderse o taparse los oídos frente a los problemas, se trata de saber qu existen y enfrentarse a ellos con ganas de superarlos.
Bueno, cómo ya preveo una segunda parte de esta entrada, espero más comentarios: ayudan, y además hacen ilusión :-)
un abrazo a todos
Roberto Pili
Siempre es un placer leerte, esta reflexión deberían leerla muchas personas, con o sin hijos. Ese es el motor que ilumina y da fuerzas. Si un padre o madre no sabe infundir ese ánimo o energía ,puede marcar muy negativamente la vida de sus hijos, y estos las de otros.
ResponderEliminarPlas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, plas, bravo.
ResponderEliminarBesos,
Hola a todos. Es la primera vez que escribo un comentario en este blog que visito asiduamente. Al hilo de todo lo que comentais, hace no mucho leí un acita (no recuerdo de quien) que decia.
ResponderEliminarSi tienes un problema y tiene solución, ¿de que te quejas?.
Si tienes un problema y no tiene solución , ¿de que te quejas?.
Creo que resumen bastante bien la aptitud que hay que tener frente a todo tipo de situaciones.
Saludos.