Enfermería

Vaya semanita...
Desde el lunes nuestra casa se parece más a una enfermería que a otra cosa.
Por suerte no se trata de nada más que de patologías que entran en la normalidad infantil, pero todo se multiplica por tres, y por suerte de momento sólo por tres, aunque María va con Frenadol incorporado...

Primero cayó V. el domingo pasado, ni a los dos días fue la hora de P. y al siguiente de B.
La mayor está con unas anginas que la martirizan, el antibiótico ha tardado un poco más de lo deseado en hacer su efecto.

V. no consigue salir del todo de la gripe, aunque el médico dice que no tiene infección bacteriana. Mañana, me temo, tendremos que volver a llamarlo, la pequeña, la que parecía estar mejor, esta tarde ha tenido un nuevo bajón, mejor dicho un subidón de fiebre que nos hace temer que la gripe haya pasado a anginas o...

ya veremos cómo pasa la noche.

Así va el baile, al ritmo intenso y frenético de termómetros, Dalsy, Apiretal, Flumin, Antibiótico, Própolis, leche caliente con miel, pelea para que tomen frutas (vitaminas) y vomitonas de mocos cada dos por tres (lamento ser tan directo, pero supongo que la mayoría de los lectores o tienen hijos y entonces ni se inmutarán, o desean tenerlos, o sea que se vayan preparando...)

Poco a poco se alargan los ratos tranquilos, pero entre el miércoles y el jueves fue realmente un coro de llantos, de dolores de garganta, de fríos que se transformaban en sudores, y más vomitonas, diarreas, y los:
me duele!
Estoy cansada!
Me siento mal,
Me aburro, no quiero,
Quiero...

En fin, por supuesto agotador, despertarse 20 veces por la noche, mientras una se duerme se despierta la otra, acaba de tomar la medicina y por un golpe de tos vomitona y otra vez, sábanas, lavarse, llorar, consolarlas, tranquilizarlas, intentar que se relajen y vuelvan a dormir...

ni has llegado a la cama y ya oyes el lamentoso quejarse de la otra que pobrecita está con pesadillas y tos, y... efectivamente le vuelve a subir la fiebre.

Pero más y además que el agotamiento, lo más duro es verlas que están malitas, con esos ojitos lúcidos por la fiebre, sin sonrisas, sacudidas por la tos, se te rompe el corazón, y no poder hacer ya otra cosa que acariciarlas, estar cerca, intentar distraerlas del malestar, abrazarlas, esperando que el Dalsy actúe rápido y puedan, ellas, descansar un poco.

Las fotos que aparecen en esta entrada están hechas casi todas por la pequeña. Aquí la tenéis enfadadísima por que no quería dejarle la cámara después que le cayera.

Entonces me prometió que tendría cuidado y aquí tenéis el reportaje.

Empezó por un autoretrato, ya más contenta...

Se dedicó a realizar 75 tomas todas con el mismo título: " hermana plácidamente dormida en el sofá"

Después la músico de la casa, con su teclado recién estrenado...

y también V. y el papá frente al ordenador, cómo siempre...

la foto de los morros la hizo el papi, la expresión lo dice todo :-))


Comentarios

  1. Muchas gracias por estos comentarios. Gracias a ti, me hago una idea bastante aproximada de lo que es tener tres hijos. Este fin de semana discutía con mi marido ese tema. La verdad es que no tengo muy claro lo de plantarme en dos, y con cosas como las que cuentas...bueno, dentro del "drama" del tema, es genial tenerlas a las tres...nosotros tenemos una niña y esperamos nuestra segunda adopción. No creo que pueda haber una tercera por los tiempos de espera..pero eso es algo que nunca se sabe. Gracias otra vez.

    Teresa

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